Proyecto Bachillerato

Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia

El método científico de René Descartes (I)

1. Los años de formación

René Descartes (1596-1650) René Descartes (1596-1650) Vista del colegio de los jesuitas en La Flèche, 1655 Vista del colegio de los jesuitas en La Flèche, 1655 Raimundo Lulio (1232-1315), óleo de Ricardo Anckermann, s. XIX Raimundo Lulio (1232-1315), óleo de Ricardo Anckermann, s. XIX Theophrastus Pracelso (1493 - 1541) Theophrastus Pracelso (1493 - 1541) Johannes Kepler (1571 - 1630) Johannes Kepler (1571 - 1630) Marin Mersenne (1588 – 1648) Marin Mersenne (1588 – 1648) Michel de Montaigne (1533 – 1592) Michel de Montaigne (1533 – 1592) Santuario de la Virgen de Loreto, Italia. Santuario de la Virgen de Loreto, Italia. San Agustín (354 – 430) San Agustín (354 – 430)

René Descartes nace en Turena en 1596; su padre es abogado y consejero en el Parlamento de Bretaña; su abuelo paterno es médico; su madre muere de parto un año después y es criado por su abuela paterna. Estudia en el colegio jesuita de La Flèche desde 1605 a 1614. Durante el primer ciclo educativo, que dura seis años, se instruye en latín, griego, gramática francesa, retórica, teología y filosofía escolástica. El segundo ciclo comprende tres cursos: en el primero estudia las obras de Aristóteles sobre Lógica y Ética; en el segundo, la Física del estagirita y Matemáticas con un texto de Clavius, rótulos bajo los que se enseñaba no sólo aritmética, geometría y mecánica, sino también óptica, topografía, filosofía natural, magia, alquimia, balística y música; en el tercero se dedica a la Metafísica de Aristóteles. Las clases se impartían según el modelo medieval: lecciones, repeticiones, disputas sabatinas y disputas mensuales.

En 1616 se licencia en Derecho Canónico y Civil; dos años después se alista en el ejército de Mauricio de Nassau, lo que le da ocasión de continuar instruyéndose en balística y técnicas de fortificación. En 1618 conoce a Isaac Beeckman, médico judío holandés, estudioso de la Mecánica e Hidráulica, que utiliza las matemáticas para resolver problemas físicos; será quien encamine a Descartes hacia la imbricación de ambas ciencias. Gracias al Diario (1604-34) del holandés tenemos información de los primeros trabajos cartesianos sobre asuntos físicos: uno relativo a la presión de líquidos en recipientes y otro sobre caída de graves, basado en el método de Oresme; encontramos asimismo un breve estudio sobre la aritmética de la armonía musical: Compendium Musicae.

En 1619 conoce a Jan Faulhaber, ingeniero de Ulm, que lo reafirma en su intento de aplicar las matemáticas a la Física. Su interés por el simbolismo y la “mathesis universalis” le conduce al “Ars Combinatoria” de Lulio y a escritores herméticos y cabalistas como Agrippa y los Caballeros de la Rosacruz, así como a los discípulos de Paracelso. Inventa un compás que le permite resolver ciertos problemas geométricos clásicos, tales como la duplicación del cubo y la trisección del ángulo; Descartes comprende que su método mecánico-geométrico equivale a la resolución de las ecuaciones cúbicas; de ahí arranca su método algebraico, que le permitirá unificar aritmética y geometría

En un cuaderno que titula Parnasus, influido por la literatura rosacruz, intenta relacionar desde una perspectiva hermética lo corpóreo sensible con lo espiritual inteligible a través del simbolismo; Preámbulo, cuaderno encabezado así: “Dios es el principio de la sabiduría”, trata sobre la «mathesis universalis» y recopila sus trabajos matemáticos. En estos escritos juveniles aparecen por vez primera dos temas muy cartesianos:

  • Su voluntad de invención, es decir, de innovación sobre la tradición, expresada en su alta valoración de la creación poética, que abogaba por trasladar a los demás ámbitos del saber
  • Las “semillas” de la ciencia que moran en nuestra alma, metáfora que preludia su concepción de las verdades eternas o ideas innatas.

2. El origen del método cartesiano

Mientras prosigue sus trabajos sobre geometría, series numéricas y ecuaciones anota, refiriéndose al método algebraico, dos frases reveladoras: “descubriendo los fundamentos de una ciencia admirable” (1619) y “empecé a concebir el fundamento de un descubrimiento admirable” (1620). ¿Qué son esa ciencia y ese descubrimiento milagrosos cuyos fundamentos concibe? Unos afirman que se trata de su geometría algebraica; otros, que se trata de la idea de que todas las ciencias son una -y sus fundamentos son los mismos- porque la inteligencia humana es una. Yo me inclino a creer que la ciencia a que se refiere es la física matemática y el descubrimiento consiste en que la aplicabilidad de las matemáticas a la física no se limita a problemas puntuales, sino que es generalizable. En definitiva, creo que lo que ha vislumbrado es el principio del camino que le conducirá al mecanicismo.

¿Y a qué alude con esos “fundamentos”? A mi parecer se refiere a que el orden del mundo es absoluto porque es el orden impuesto por Dios y, dado que la razón humana es un don divino a semejanza de sí, se puede descifrar ese orden avanzando paso a paso desde las intuiciones evidentes y los principios más simples hasta los fenómenos más complejos. Según E. Milhaud la segunda frase es el resultado de visitar a Kepler, que le dio a conocer sus trabajos sobre óptica. Ese “descubrimiento admirable” puede haber sido catalizado por el sabio checo, mago de la armonía cósmica matemática.

Descartes regresa a Francia en 1622 y entra en contacto con el círculo del Padre Mersenne, al que pertenecen importantes científicos y matemáticos. Comienza entonces su primera obra metodológica, Studium bonae mentis, donde se explaya sobre el deseo humano de saber, las disposiciones del espíritu para el aprendizaje, el método para adquirir sabiduría y, finalmente, sobre las ciencias, que clasificará en experimentales, aquellas cuyos principios se aprenden por observación y experiencia, liberales, las que requieren hábito y toman sus principios de otras ciencias, y cardinales, las más generales y que se deducen de los principios más simples; estas últimas son la Filosofía y las Matemáticas, que dependen respectivamente del entendimiento y de la imaginación.

En 1623 emprende un largo viaje a Italia, donde residirá dos años. Consolida el método algebraico y aplica la geometría al estudio de la óptica; trabaja en las ecuaciones y propiedades de las cónicas, estudia los fenómenos de reflexión y refracción, resolviendo el problema de la anaclástica; concibe la idea de un libro, Thaumatis regia, en el que describir las propiedades de lentes y espejos y cómo construir artefactos para producir efectos ópticos divertidos y sorprendentes.

3. Las reglas para la dirección del espíritu

Descartes vuelve a Francia en 1625 y se establece en París; sustituye el plan del Studium por el proyecto de una nueva obra didáctica, Regulae ad directionem ingenii, que tampoco acabaría; su edición sería póstuma. Las Reglas para la dirección del espíritu se concibieron como una obra tripartita: las doce primeras reglas se ocuparían de las generalidades filosóficas, en especial, de los temas epistemológicos; las doce siguientes explicarían el funcionamiento del método matemático, mientras que las doce últimas concretarían cómo aplicar ese método a la filosofía de la Naturaleza. Descartes llegó a escribir las dieciocho primeras y dejó las tres siguientes formuladas. Pienso que dejó esta obra inacabada porque no supo cómo afrontar la aplicación de las matemáticas a la física, y considero probable que las tres reglas matemáticas no escritas –la 22, 23 y 24- tuvieran que ocuparse justamente de ello. Incluso las dieciocho reglas escritas, aunque argumentadas, adolecen de los defectos habituales de un texto no revisado: tono y extensión desigual, algunas repeticiones, un cierto desorden.

En las Reglas Descartes marca distancias frente a Aristóteles señalando que la lógica no sirve como método de descubrimiento, sino de exposición de lo ya descubierto. Encontramos ya en esta obra todas las cuestiones fundamentales que aparecerán, una década después, en el Discurso del Método:

  • La doctrina de la unicidad de la inteligencia, igual para todos los hombres; facultad que se manifiesta en formas diversas: sentir, imaginar, recordar, comprender. Lo que ha hecho Descartes es combinar la teoría socrática de la razón universal con la doctrina cristiana de la unidad fundamental del alma
  • La doctrina de la unidad de la ciencia, basada en la unicidad de la inteligencia, tipo saber que será netamente diferenciado de los demás, tales como las artes y la historia.
  • La negación a aceptar como verdad la opinión más probable, posicionándose frente al escepticismo, cultivado entonces por muchos círculos intelectuales cristianos que, tras el cisma de las iglesias reformadas, preferían hacer obediente profesión de fe en las Escrituras y en su Iglesia, a la vez que se acogían a una prudente suspensión del juicio en asuntos filosóficos.
  • La subordinación epistemológica de la experiencia a las matemáticas, ya que de la experiencia se derivan múltiples errores, mientras que las matemáticas son el modelo del saber, en cuanto ciencia de la medida, del orden y la proporción.
  • Su agustinismo iluminista, al exponer que las “semillas de verdad” que Dios ha puesto en la mente operan como principios innatos de la “luz natural” que nos permite, por una parte, conocer con buen juicio (bon sens), distinguiendo lo verdadero de lo falso y, por otra parte, actuar éticamente, prefiriendo la virtud al placer y lo honesto a lo útil.
  • La recomendación de empezar cualquier investigación por lo más fácil y sencillo, partiendo de evidencias intelectuales, separando lo claro de lo confuso y distinguiendo cuidadosamente el objeto o fenómeno investigado de otros similares.
  • La reducción de los fenómenos complejos investigados a sus “naturalezas simples”, es decir, sus variables o elementos básicos, para luego averiguar sus proporciones relativas, las cuales hay que expresar mediante ecuaciones. Solucionado el sistema de ecuaciones resultante se recompone el fenómeno original avanzando por grados y en orden.
  • La enumeración final de todos los pasos del proceso de investigación mediante una especie de verificación inductiva por partes que asegure la correcta continuidad del proceso desde sus principios hasta sus conclusiones.
  • La reducción de las operaciones de la inteligencia a la intuición y la deducción. La primera tiene como misión proveernos de puntos de partida para cualquier investigación mediante la captación de evidencias intelectuales, o sea, verdades necesarias. Define esa operación como instantánea, pretendiendo situar así ese acto de comprensión en el mismo plano de la lógica, fuera del tiempo. La deducción, que arranca a partir de las intuiciones, es entendida como movimiento, sucesión y memoria. Movimiento como tránsito de una fórmula o enunciado a otro; sucesión en cuanto hay un orden gradual y necesario que se debe seguir; memoria como legitimación del punto de partida y validación del entero proceso de razonamiento.
  • Hay pues en Descartes una doble preocupación respecto a la relación entre el método y el tiempo: por un lado, puesto que el método debe alcanzar verdades necesarias, éstas tienen que ser válidas en todo tiempo, es decir, ser independientes del tiempo; por otro, la duración excesiva de las investigaciones o razonamientos convierte en problemático el garantizar la perfección de todo el proceso. En definitiva, quiere legitimar el proceso de conocimiento como si ocurriera en un tiempo ideal, siendo consciente, sin embargo, de los problemas que genera su ocurrencia efectiva en el tiempo real.
  • Una concepción de la mente en la que predomina el entendimiento, en cuanto fuente del criterio de verdad, sobre los sentidos, que funcionan como receptores pasivos, y sobre la memoria, escindida entre memoria sensible y memoria intelectual. Interpreta el gobierno del alma sobre el cuerpo según el siguiente proceso: las sensaciones recibidas son pensadas por el sentido común o buen juicio, el cual hace funcionar la imaginación, que a su vez excita a los nervios, causantes de los movimientos corporales que constituyen la reacción del cuerpo a las sensaciones.
  • Aunque Descartes aún no ha encontrado la que será su formulación definitiva “cogito, ergo sum”, algunas de sus frases, tales como “je suis, donc Dieu existe”, o bien “je comprends, donc j’ai un esprit distinct du corps” patentizan que ya ha encontrado en Agustín de Tagaste el barrunto de los fundamentos de su metafísica: la certeza de la conexión entre pensamiento y existencia, la existencia de Dios y la separación entre alma y cuerpo, origen de la separación entre lo inteligible y lo sensible.

Actividades

  1. Investigar sobre la vida de Paracelso y redactar un texto de quince líneas sobre sus teorías.
  2. Averiguar quién fue Isaac Beckman y escribir un breve resumen sobre la vida de ese sabio judío de los Países Bajos.
  3. Exponer las ideas de Descartes sobre el arte de la invención y las semillas del conocimiento.
  4. Resumir las principales ideas que recoge Descartes en sus cuadernos juveniles.
  5. Explicar a qué se refiere Descartes cuando habla de una “ciencia admirable” y justificar por qué le parece admirable.
  6. Exponer la estructura de la obra cartesiana inacabada “Reglas para la dirección del espíritu”.
  7. Explicar cómo justifica Descartes que las distintas ciencias son, en realidad, una sola.
  8. Averiguar quiénes fueron los principales filósofos escépticos de la época de Descartes y exponer alguna de las ideas típicas del escepticismo de los siglos XVI y XVII.
  9. Exponer por qué considera Descartes que las matemáticas nos dan un conocimiento superior al que nos proporciona la experiencia y justificarlo con algunos ejemplos.
  10. Explicar la conexión que establece Descartes entre la intuición y la deducción, poniendo algún ejemplo.

Para saber más

  • Toledo Prats, Sergio. (1994). "Descartes Filósofo ", en De Arquímedes a Leibniz tras los pasos del infinito matemático, teológico, físico y cosmológico.
  • Montesinos Sirera, José. (1994). "Descartes: el álgebre y la geometría", en De Arquímedes a Leibniz tras los pasos del infinito matemático, teológico, físico y cosmológico.
  • Montesinos Sirera, José. (2007). "La matematización de la naturaleza como vía única de la ciencia", en Los orígenes de la ciencia moderna.
  • Descartes, René. Reglas para la dirección del espíritu, Ed. Alianza, col. de bolsillo, nº 1034.
  • Rodis-Lewis, Geneviève. Descartes. Biografía, Ed. Península.
  • Chica Blas, Ángel. Descartes: Geometría y método, Ed. Nivola.

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