Viajeros del siglo XIX en Canarias

Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia

Formación basáltica en la cumbre

Caldera de Tejeda, Grau Bassas 1886 Caldera de Tejeda, Grau Bassas 1886 Bajando desde la Cumbre hacia Tejeda encontramos diques basálticos que atravesaban la formación traquítica superior a una altitud de alrededor de 6.000 pies. Cerca del pico del Saucillo, formado por traquitas, se levanta una colina de forma cónica que parece estar formada por cenizas negras (a 3.000 pies de altitud, como mínimo) y al norte de la Cumbre, hacia Pozo de las Nieves, tropezamos con cenizas negras que cubrían las blancas traquitas de la Cumbre.  Pertenecen a un cono aún más al norte, Montaña de las Arenas, que debe estar cercano a los 5.500 pies de altitud.

Tales son los primeros comienzos de esta formación basáltica más moderna, cuyo espesor agregado se va incrementando según nos alejamos de la altura más elevada de la isla. Este espesor es muy considerable en la vecindad de Teror, donde estas lavas forman un sistema de lavas pétreas escoriáceas que en algunos lugares tiene más de 1.000 pies de altura y se asemeja totalmente a la corteza de Madeira, tal como hemos explicado en las páginas precedentes. Dondequiera que alcancemos una sección suficientemente profunda observamos que las lavas traquíticas aparecen debajo de los basaltos. Se puede ver, por ejemplo, en el riachuelo más abajo de Teror, lugar que se levanta sobre las acumulaciones del suelo que deriva de la descomposición de escoria, que en Madeira se llama “salao”, y bajo el puente entre Teror y Tamaraceite que se halla más cercano al primer lugar que al segundo.

Hemos observado el mismo sistema de acumulaciones en los barrancos entre Ingenio y Agüimes, sobre la costa este. En la superficie superior de este sistema se levantan colinas de silueta perfectamente cónica. [...] Entre tales conos rebajados se encuentran otros con cráteres perfectos y coladas de lava, que hemos visto que se originan en las brechas de dichos cráteres. Son también de diferentes épocas.

Charles Lyell, Manuscrito de la expedición a Gran Canaria (1854)

Traducción de Sergio Toledo