Charles Lyell y Canarias

Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia

Carta a Charles Darwin, 1874

Londres, septiembre de 1874

Querido Darwin: No hay tema al que Judd se refiera más a menudo, y me ha dicho que ya lo hacía cuando discutía cuestiones volcánicas con Scrope, que tu subsidencia de Santiago1, como si fuera una ley general de las regiones volcánicas. El hundimiento relatado por mí (en los Principios, volumen II, pg. 458, y en los Elementos, pgs. 149-166) ocurrido en Nueva Zelanda y que ha sido confirmado por geólogos neozelandeses corrobora tu experiencia de Santiago.

Justo antes de irme de Escocia Judd hizo una excursión para revisitar las Hébridas y durante sus diez días de ausencia descubrió por primera vez estratos carboníferos preservados bajo dos mil pies de basalto terciario en la isla de Mull, trayéndome lo que pensé que era una Sigillaria y el molde de una Calamita; pero cuando se los envié a Charles Bunbury determinó que eran Lepidodendron aculeatum y una Calamita, fósiles carboníferos ordinarios. Todo esto se explica admitiendo que en la época de los volcanes del Mioceno hubo en la isla un hundimiento como el de Santiago, cerca del cono más elevado de aquella isla y uno de los cinco grandes volcanes que él cree que existieron en las Hébridas y que pueden haber rivalizado en altitud con el Pico de Tenerife en el Mioceno. ¡Cuánta mayor grandeza debe haber presentado el escenario de las Hébridas en ese mismo período, cuando Madeira estaba ya en acción continua, al igual que Porto Santo y la Calzada del Gigante2. El duque de Argyll me informó de que ha encontrado una Salisburia fósil (género que actualmente se desarrolla en Japón) entre los fósiles de Ardtun, en Mull, donde anteriormente encontró Asa platanoides. Me pregunto si los conos de las Hébridas, en caso de que fueran tan altos como el Etna o el Pico de Tenerife antes de que ocurriera su hundimiento como el que observaste en Santiago, estarían cubiertos de nieve en el Mioceno, cuando la vegetación en su base era de tipo subtropical, por ejemplo, en Ardtun. Puesto que ahora hay una enorme diferencia en la vegetación de la región desértica del Etna cubierta habitualmente de nieve, asimismo en el Mioceno se infiere que los volcanes de diez o doce mil pies de altitud habrían tenido en sus cumbres una flora muy diferente de la de su base; pero dirás que esto son especulaciones ociosas.

Giant's Causeway Giant's Causeway

Hay que destacar cuán perfectamente un hundimiento en la época del Mioceno, que tú has supuesto o probado respecto a las islas de Cabo Verde, proporcionaría una satisfactoria solución, en opinión de Judd, a la preservación en Mull y en las colinas en ambos flancos de Sound of Mull de aquellas intercalaciones de estratos poikilíticos, triásicos, liásicos, oolíticos, neocomienses, cretácicos y recientes, de los cuales se dará un informe completo antes del final en el artículo de Judd.

Todo el trabajo que he realizado con Judd en Forfarshire me ha confirmado en la creencia de que la única diferencia entre las rocas volcánicas paleozoicas y las recientes no consiste sino en que debemos tener en cuenta el enorme tiempo durante el que los productos de los volcanes más antiguos han estado sometidos a cambios químicos, tales como los que convierten el basalto olivínico en serpentina.

Afectuosamente tuyo, Charles Lyell.


  1. En Cabo Verde
  2. Giant’s Causeway, zona de basaltos columnares en Antrim, al nordeste de Irlanda