Charles Lyell y Canarias

Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia

Carta a George Hartung, 1855

Londres, enero de 1855

Querido Hartung: Tu carta del 4 de enero me llegó hace varios días. Haces firmes progresos como artista geológico y pienso que la vista de Funchal y la cordillera de San Martinho con el Cabo Girao y la cordillera del Pico Bodes en la distancia es un bosquejo especialmente logrado.

Hace como tres semanas desprendí con un martillito nueve pequeños fragmentos de roca, de otros tantos especímenes de los que recolecté cuando estábamos juntos, y se los envié en una carta por correo, debidamente numerados, a M. Delesse, en París. Ningún minerólogo y químico analítico tenga quizá tanta autoridad como él. Pocos días después me envió su respuesta y había encontrado, con ayuda del microscopio, diminutos cristales de todos los minerales, cristales más grandes que los que había en los grandes trozos que guardo aquí. Primero envié el “amarillo concéntrico” de Sitio do Poizo y de otro lugar, llamándolo basalto. Me respondió que en Francia lo llamarían basalto, pero que no esperaba que yo lo hiciera, porque está compuesto de feldespato verde y olivino sin augita alguna, “por tanto, ¿no deberían llamarlo trap 1 en Inglaterra?” Ciertamente yo había imaginado que el color gris oscuro procedía de la augita, aunque era consciente de que en su mayor parte estaba compuesta de feldespato. A otras rocas, a las que yo llamaba basalto, también las denominó así.

Ribera dos Piornaes (Hartung 1856) Ribera dos Piornaes (Hartung 1856)

Cuando regreses a Londres espero saber mucho más sobre las rocas de Madeira y Canarias. Te enviaré una copia de mi libro con el informe que he realizado de nuestras investigaciones conjuntas. Sería mejor para ambos la próxima vez ver algún país con vulcanismo reciente o activo. Pero tú estás bien empleado en Madeira. Te ruego que vayas al Pico de Camera de Lobos y le eches una ojeada a la lava o masa de escoria sobre las laderas de la colina que a menudo deseé subir. Los Bunburys y la señora Lyell te envían sus recuerdos. Intentaré informarte en mi próxima carta sobre los restos orgánicos de Gran Canaria, entre los cuales hay algunos curiosos.

Sinceramente tuyo, Charles Lyell


  1. Vocablo de origen sueco que designa rocas ígneas oscuras de grano fino.