Charles Lyell y Canarias

Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia

Fragmentos

Prefacio

Como consecuencia de una excursión geológica a Madeira y las Islas Canarias, realizada en el invierno de 1853-54, he podido efectuar amplios añadidos originales a este capítulo, más que a cualquier otro de esta obra. El relato de Madeira y Canarias es completamente nuevo. Anteriormente había dado un resumen de la descripción de von Buch sobre la isla de La Palma, una de las Canarias, pero ahora la he tratado más a fondo a partir de mis propias observaciones, considerando a La Palma como un buen tipo de esa clase de montañas volcánicas que han sido llamadas por von Buch “cráteres de elevación”. Se ha añadido muchas ilustraciones, en su mayoría obra de la pluma de mi compañero de viaje y trabajo Mr. Hartung.

Pontinha, en Funchal (Lyell, 1856) Pontinha, en Funchal (Lyell, 1856)

Pg. 471

Por tanto, la variedad del basalto llamada dolerita, que contiene un 53% de sílice, tiene un pesó específico de 2,86, mientras que la traquita, que tiene un 66% de sílice tiene un peso específico de sólo 2,68 y el pórfido traquítico, con un 69% de sílice tiene un peso específico de sólo 2,58. Si tomamos una roca de composición intermedia, como las que abundan en el Pico de Tenerife, que Abych llama traquita-dolerita, su proporción de sílice es intermedia, del 58%, y su peso específico 2,78, o sea, más que la traquita y menos que el basalto.

Pg. 473

Hay una gran variedad en la composición de las lavas; algunas son traquíticas, como en el Pico de Tenerife; un gran número son basálticas, como en el Vesubio y la Auvernia; otras son andesíticas, como las de Chile; algunas de las más recientes del Vesubio son de augita verde, y muchas de las del Etna son de augita y feldespato del Labrador.

Pg. 475

La laterita es una roca roja, jaspeada, como el ladrillo, compuesta de silicato de aluminio y óxido de hierro. Los estratos rojos, llamado “lechos ocres”, que dividen las lavas de Giants’s Causeway, son lateritas. Delesse encontró que eran trap impregnado de óxido de hierro y en parte reducido a caolín. Cuando están aún más descompuestos resultan ser arcilla teñida de ocre rojizo. Dado que dos de las lavas de Giant’s Causeway están separadas por un estrato de lignito no es improbable que las capas de laterita de los acantilados de Antrim sean resultado de la descomposición atmosférica. En Madeira y Canarias las coladas de lava de origen subaéreo se hallan divididas a menudo por bandas rojizas de laterita, probablemente suelos antiguos formados por la descomposición de la superficie de las corrientes de lava, habiéndose coloreado muchos de ellos a la intemperie por el óxido de hierro, y otros quemados como ladrillo rojo por el flujo de las lavas candentes. A veces estas bandas rojas son prismáticas, con pequeños prismas perpendiculares a las capas de lava. La arcilla roja o la marga rojiza formadas, como dije antes, por la descomposición de lava, escoria o toba, frecuentemente se ha acumulado con gran espesor en los valles de Madeira, arrastradas por la acción aluvial, y algunos de los espesos estratos de laterita en la India pueden tener el mismo origen.

Pg. 482

En muchos casos el trap en los bordes o laterales de un dique es menos cristalino o más terroso que en el centro, como consecuencia de que la materia mezclada se ha enfriado más rápidamente por contacto con los lados fríos de la fisura, mientras que en el centro, donde la materia del dique se conserva más tiempo en estado fluido o viscoso, los cristales se forman más lentamente. Pero observé lo inverso del fenómeno anterior en Tenerife, en las cercanías de Santa Cruz, donde se observa un dique que atraviesa estratos horizontales de escoria, cerca del acantilado del Barranco del Bufadero. En su mayor parte la dirección principal es vertical, ligeramente sinuosa, y tiene un pie de grosor. A cada lado hay paredes de basalto compacto, pero en el centro la roca es muy vesicular, con una anchura de unas cuatro pulgadas. En este caso, la fisura puede haberse ampliado después de que la lava lateral se hubiera consolidado y la materia fundida adicional vertida en el espacio intermedio puede haberse enfriado más rápidamente que la de los lados.

Elementos de Geología, 6ª edición, 1855