En septiembre de 1812, el ejército francés entró en Moscú, pero sólo 4 días más tarde de la ocupación los moscovitas incendiaron su ciudad, palacios e iglesias incluidos, dejando a los franceses sin alimentos y a la intemperie por lo que tuvieron que retirarse. Con ello Moscú revalorizó su carácter simbólico, y aunque la capital permaneció en San Petersburgo, Alejandro I decidió pasar el invierno de 1817-1818 en Moscú con toda la familia imperial.
Como homenaje a la victoria de Rusia sobre el ejército de Napoleón, el zar encargó a Agustín de Betancourt, en ese momento Teniente General del Ejército ruso e Inspector del Instituto de Vías de Comunicación (poco después también Director General), la construcción de la «Sala de Ejercicios Ecuestres de Moscú», destinada, en principio, a la doma de caballos y la realización de paradas militares.
Betancourt diseñó un edificio rectangular muy sencillo, de factura neoclásica y en el que lo más notable, además de su bella fachada, eran las extraordinarias dimensiones de su cubierta, resuelta con grandes «cerchas» de madera, que salvaban sin apoyos intermedios una «luz» de 160 pies (unos 45 m.), la mayor de todo el imperio ruso en esos momentos. El techo tenía una superficie de 7.304 m2 y en la época en que se levantó fue el edificio más grande de Europa construido sin ningún tipo de soportes interiores.
En menos de medio año, se realizaron las obras incluyendo la calefacción, y se inauguró el 2 de diciembre de 1818, denominándose «Sala de Ejercicios Ecuestres de Moscú» (también conocida por el Picadero de Moscú). Para dejar constancia de la obra realizada, se publicó en San Petersburgo, en 1819, una monografía sobre la misma realizada por el propio Betancourt.
A partir de 1957, este emblemático edificio, situado en pleno corazón de Moscú, pasó a convertirse en el principal centro de exposiciones de la ciudad, denominándose a partir de entonces «Sala de Exposiciones Manezh». El 15 de marzo de 2004 un pavoroso incendio destruyó su peculiar techumbre de cerchas de madera, tan innovadora en su tiempo. Desde la Alcaldía de Moscú se acometió inmediatamente la difícil labor de reconstrucción de uno de los edificios más singulares de Moscú.