Lanzarote y Fuerteventura: Volcanes
“Hay muchas colinas en Lanzarote y Fuerteventura que tiempo atrás fueron volcanes, cuyas cimas son pequeñas circunferencias que están un poco ahuecadas hacia el interior, con los bordes muy estrechos y marcados. En el exterior se ve generalmente gran cantidad de ceniza negra y escoria semejante a la piedra pómez, pero más oscura y pesada. Esta sustancia parece que fue arrojada de las entrañas de la tierra por las erupciones, no habiendo ocurrido ninguna en tiempos recientes en ambas islas, excepto en Lanzarote, donde hace unos treinta años reventó un volcán en la parte suroeste de la isla, que lanzó una cantidad inmensa de cenizas y pedruscos con tan terrorífico fragor que muchos de sus habitantes abandonaron sus casas y huyeron a Fuerteventura para salvar sus vidas; algún tiempo después, al saber que los que se habían quedado en Lanzarote no habían sufrido daños recobraron el ánimo para volver. Este volcán se hallaba próximo al mar, lejos de las zonas habitadas. A poca distancia en el mar surgió una columna de humo y luego emergió un roque piramidal que permanece en la actualidad. Los materiales arrojados por el volcán unieron el roque a la isla. El estruendo de la erupción fue tan grande y potente que se oyó en Tenerife, a pesar de que se halla a cuarenta leguas de distancia. Que el ruido llegara tan lejos se debió probablemente a los vientos que soplan habitualmente desde Lanzarote hacia Tenerife.”
George Glas
Traducción de Francisco Javier Castillo y Carmen Díaz Alayón