Equipamiento del barco
“El número de barcos que se emplea en esta pesca es de unos 30. Tienen de 15 a 50 toneladas. Los más pequeños llevan 15 hombres y los más grandes 30. Todos se han construido en las Islas y los tripulan canarios. […] La forma en que se arma un barco para la pesca es así: los dueños proporcionan el barco para el viaje y embarcan la cantidad de sal necesaria para curar el pescado, además de pan suficiente para la tripulación durante todo el viaje. Cada hombre lleva su propio aparejo de pesca, que consiste en unas cuantas liñas, anzuelos, un pequeño alambre de cobre, un cuchillo para abrir el pescado y una o dos gruesas cañas de pescar. Si alguien de la tripulación lleva vino, aguardiente, aceite, vinagre, pimienta, cebollas, etcétera, debe ser por su cuenta, ya que los dueños no aportan más provisiones que el pan.
La cantidad neta que resulta de la venta del pescado, después de deducir el importe de la sal y el pan mencionados, se divide en soldadas y una parte de ellas se la llevan los propietarios por los gastos de equipar el barco; las restantes se dividen entre la tripulación según sus méritos: un pescador experto recibe una soldada; un mozo, un hombre de tierra o uno no experimentado en la pesca, media soldada o un cuarto, según su capacidad. El patrón o capitán de la embarcación recibe lo mismo que los pescadores con experiencia y los dueños le dan también una soldada de las suyas, por el trabajo de cuidar el barco. […] Estos barcos hacen, por lo general, ocho o nueve viajes al año. Desde mediados de febrero hasta mediados de abril lo pasan en Canaria para carenar, reparar, etc. […] La zona de la costa de Berbería a la que van a pescar depende de la estación del año. […] En todo ese extenso territorio no hay ninguna ciudad, pueblo o lugar habitado.”
George Glas, 1764
Traducción de Francisco Javier Castillo y Carmen Díaz Alayón