Contraste de paisajes
“La parte más verde de Canaria es la montaña de Doramas, situada a unas dos leguas de la ciudad de Las Palmas. Está cubierta de bosques de diferentes especies de árboles fragantes, cuyas ramas altas están entrelazadas de forma tan tupida que no dejan pasar los rayos del Sol. Las pequeñas corrientes que riegan estos bosques sombreados, el murmullo de la brisa entre los árboles y el canto de los pájaros canarios forman el concierto más delicioso. Cuando una persona se encuentra en medio de una de estas soledades encantadoras no puede dejar de recordar las cosas hermosas que los antiguos escribieron acerca de las Islas Afortunadas.
En contraste con este escenario maravilloso, la parte más alta de la isla está totalmente desolada, es árida y en ella no crecen ni hierbas ni matorrales, salvo unas pocas de las retamas ya mencionadas, porque se eleva muy por encima de las nubes y, por tanto, no recibe rocío ni lluvia, sino que está expuesta a un viento enrarecido, seco y abrasador, que sopla generalmente del cuadrante oeste, en dirección contraria a los vientos alisios bajo de las nubes. Por la noche este viento del oeste sopla fuerte, pero afloja durante el día. En invierno la cumbre de esta isla es inaccesible porque la cubre la nieve.”
George Glas, 1764
Traducción de Francisco Javier Castillo y Carmen Díaz Alayón