Gran Canaria, 1796
“Según el censo hecho en 1793, por orden del magistrado, esta isla produce anualmente alrededor de 39.680 fanegas de trigo candeal y 30.973 de cebada; en total, 70.653. El consumo es de 58.959 fanegas, a saber: 18.250 de trigo para la capital y 24.650 para el resto de la isla. 16.089 son para las semillas, quedando 11.694 fanegas de granos para el comercio. Sin embargo, el pueblo generalmente solo consume millo, cuyas cosechas sobrepasan las de trigo y cebada. Pueblos enteros apenas conocen el pan de trigo sino como objeto de lujo. Algunas comarcas, dotadas de gran fertilidad, obtienen dos cosechas de trigo candeal por año, una en febrero y la otra en junio. El que más se cultiva es el trigo morisco.
En 1678 la población de Canaria era de 20.468 habitantes; en 1733, de 30.710; en 1742, de 33.864; en 1768, de 41.082 y en 1790 de 50.000. La capital, llamada Las Palmas, cuenta con 9.440 pobladores. Es la sede del obispado, de la Audiencia superior, de un alcalde mayor y del tribunal de la Inquisición. Tiene un puerto cuyo fondeadero es bueno, aunque las rocas ocultas bajo el agua hacen peligroso su acceso.
La isla es de una forma aproximadamente redonda, siendo considerada la más fértil y mejor irrigada de Canarias. Tiene mucha tierra excelente, con profundidad, en cuya composición la arcilla parece entrar en mayor proporción. Se cría más ganado que en Tenerife y sus ovejas son más fuertes y dan un vellón mejor. Sin embargo, no está tan poblada ni cultivada como podría estarlo. En 1776 la guarnición estaba formada por una compañía de caballería, tres regimientos de infantería y dos compañías de artillería, con un total de 4.460 hombres. Repartidos en once fuertes o acuartelamientos.”
André-Pierre Ledru, 1796
Traducción de José Antonio Delgado Luis