Juan Tous Meliá
Con este
trabajo se pretende realizar un censo de la cartografía sobre
la isla de El Hierro para relacionarla con la historiografía
local, utilizando los valiosos testimonios que han dejado los que
la han visitado y lo mucho que se ha elucubrado sobre el mítico
árbol Garoé y el meridiano origen.
Los instrumentos de estudio utilizados han sido: las fuentes documentales
y la bibliografía.
En nuestro caso la fuente documental es el mapa. Mapa es la representación
de geográfica de la superficie terrestre o de parte de ella
sobre un plano. Un concepto más general es el de cartografía,
que es el arte, ciencia y tecnología de hacer mapas y el estudio
de estos como documentos científicos y artísticos. La
cartografía incluye los siguientes tipos: mapa (topográfico
y corográfico), mapamundi, atlas, plano, perfil, croquis topográfico,
minuta, cánevas o esquema cartográfico, carta náutica,
portulano, ortomapa u ortoimagen, vista en perspectiva, cartograma,
dibujo arquitectónico, modelo tridimensional y globo. Pueden
ser manuscritos o impresos (grabado, litografía ,offset, etc).
El mapa manuscrito normalmente iba acompañado de una memoria,
al pasar a los archivos muchas veces se han separado, otras veces
ha sido arrancado de un libro, en ambos casos se ha perdido valiosa
información. Para recuperarla o para realizar un trabajo de
investigación es necesario acudir a la bibliografía
y en el caso concreto de la cartografía histórica a
las obras de referencia.
En el campo de la investigación sobre la historia de la cartografía
se utilizan las obras generales y las de carácter especifico.
Obras generales son: Diccionarios y enciclopedias. Bibliografías
nacionales. Bibliografías retrospectivas. Bibliografías
colectivas. Bibliografías comerciales. ISBN, Libros españoles
en venta. Catálogos de entidades. Biblioteca Nacional,
Catálogo general de libros impresos.
Obras de carácter especifico: Historias de la cartografía.
Catálogos de entidades, temáticos, de exposiciones,
etc. Diccionarios. Guías de producción cartográfica.
Directorios.
Para preparar la ficha catalográfica de cada mapa se utiliza
la Descripción Bibliográfica Internacional Normalizada
para Material Cartográfico [ISBD (CM)]. Esta norma especifica
los requisitos necesarios para la descripción e identificación
de este tipo de publicaciones, asigna un orden a los elementos de
la descripción y establece un sistema de puntuación
para la misma. Aunque se refiere principalmente a las publicaciones
actuales en formato legible sin ayuda de ordenador, como mapas impresos,
planos y globos; también establece algunas disposiciones para
problemas especiales de catalogación de publicaciones antiguas
y mapas manuscritos. Sirve para facilitar el intercambio internacional
de registros bibliográficos entre las agencias bibliográficas
nacionales y la comunidad internacional bibliotecaria y de información.
Especificación de los elementos:
1. Área de título / mención de responsabilidad.-
2. Área de Edición.– 3. Área de datos matemáticos.-
4. Área de publicación, distribución, etc.- 5.
Área de descripción física.- 6. Área de
serie.- 7. Área de notas.- 8. Área de número
normalizado y condiciones de adquisición.
INTRODUCCIÓN
Los textos que nos describen las islas se remontan a la antigüedad
clásica y a las crónicas de Le Canarien, con
sus distintas versiones suficientemente analizadas, que narran los
hechos iniciados en 1402 y disponen de numerosas ilustraciones (85
el Ms.-B), aunque ninguna cartográfica.
Cada mapa tiene su propia historia, unas veces se ha levantado para
formar parte de un atlas, otras es el apoyo de una Descripción
geográfica y en algunos casos es el resultado de un trabajo
científico, caso de Feuillée, de Fleurieu o de Borda.
Parte de la cartografía de El Hierro catalogada obedece a la
necesidad de situar el meridiano origen y al cálculo de su
longitud con respecto al meridiano de París, para dar cumplimiento
a la orden de Louis XIII de 1634. También a la comprobación
de los relojes y las expediciones para el estudio de la naturaleza.
Muchas veces, como ya hemos dicho, el mapa se ha separado de los textos
que lo acompañaban con lo que se ha perdido gran cantidad de
información. Volver a reunirlos no es tarea fácil. Un
método de trabajo puede consistir, en extraer toda la información
posible que figura en el mapa: nombre del autor, año, dimensiones,
unidades de medida utilizadas, referencias (longitud y latitud), soporte
(pergamino, papel), tipo de proyección, escala, toponimia y
sus errores, contorno de las islas, etc. Después debe acudirse
a los catálogos de los grandes archivos (British Museum de
Londres, Library of Congress de Washington, Bibliothèque National
de París, Biblioteca Nacional de Madrid, etc), grandes colecciones
(Nordenskiöld de la Universidad de Helsinki) y a las grandes
obras de referencia en la que se ha compilado la información
cartográfica (Koeman, para la cartografía holandesa
anterior a 1800), y si se trata de material manuscrito debe acudirse
a los centros que lo han generado o guardado, en el caso de España:
Archivo de Simancas, Centro Geográfico del Ejército,
Archivo General Militar de Madrid y de Segovia, Museo Naval, etc.
Los documentos y la cartografía que generaba la defensa de
las islas eran remitidos por vía reservada a la Corte para
mantenerla puntualmente informada, gracias a esto han llegado hasta
nosotros imágenes tan valiosas como la Descrittione
de Leonardo Torriani, la Visita de Próspero Casola o las Descripciones
de Antonio Riviere.
El hecho de ser materia reservada ha impedido que se conociera la
cartografía manuscrita levantada por los ingenieros militares
que ahora nos asombra por su precisión y que, al compararla
con los mapas extranjeros impresos, la convierte en una verdadera
joya.
Hasta el año 1968, la cartografía militar fue un bien
reservado, utilizado para la defensa nacional. En esa fecha, por decreto,
se establecieron los principios para una nueva cartografía.
Según la base octava, “en beneficio de la pública
utilidad, la cartografía militar será de libre difusión”.
Terminada la segunda guerra mundial, en el que el mapa fue el documento
básico para cualquier operación, ya fuera táctica
o estratégica, la ciencia desarrolla y pone a punto toda una
serie de conocimientos e instrumentos en el mundo de las matemáticas,
de la física y de la ingeniería que hacen posible que
los avances en la aeronáutica, electrónica, óptica
e informática permitan múltiples aplicaciones de uso
civil, con empleo de tecnología militar.
La cartografía se enriquece con los vuelos fotogramétricos,
los aparatos de restitución, la medida electrónica de
distancias, los satélites artificiales, el sistema de posicionamiento
global (GPS), el ordenador, etc.
Hoy el mapa constituye el soporte de información y comunicación
más usual. Se aplica en obras públicas, transportes,
estudio del suelo, división administrativa, ordenación
del territorio, medio ambiente, turismo, etc. En resumen, el mapa
es una herramienta fundamental para el análisis, toma de decisiones
y seguimiento de todas las actividades relacionadas de una u otra
forma con la Tierra.
LA ISLA DE EL HIERRO
Es la más occidental de las islas Canarias. Con una superficie
de 287 km2, es también la más pequeña del archipiélago.
Los modernos volcanólogos consideran que la isla es el producto
de una fractura tectovolcánica triple que forma una estrella
triangular con ángulos cercanos a los 120º.
Nuestras islas fueron conocidas desde la antigüedad clásica
con los nombres de los Campos Elíseos, de los Bienaventurados
y de las Hespérides.
Claudio Ptolomeo, en su Geographike, enumeró por sus
coordenadas (longitud y latitud) seis islas del archipiélago.
A continuación se relacionan los nombres y las coordenadas
según la interpretación Antonio Cabrera Perera (Las
Islas Canarias en el Mundo Clásico, 1988), - los que figuran
entre paréntesis pertenecen al del mapamundi de Ptolomeo realizado
por Francesco Berlinghieri (1482):
Aprósitos nêsos (Aprosito)........l = 0º -
j = 16º.
Heras nêsos (Here) ................. l = 1º - j = 15º
15’.
Plouialia nêsos (Plvitala)......... l.= 0º - j = 14º
15’.
Kapraria nêsos (Casperia)....... l = 0º - j = 12º 30’.
Kanaria nêsos (Canaria).......... l = 1º - j = 11º.
Ningouaria nêsos (Pintvaria)... l = 0º - j = 10º 30’.
Las oscilaciones entre 0º y 1º en longitud (l) y entre 10º 30’
y 16º en latitud (j) indican que estaban alineadas de Norte a Sur
siguiendo prácticamente una línea vertical, en contra
de su verdadera situación.
En la Edad Media, la isla recibió inicialmente el nombre de
Senza ventura según se puede leer en el atlas el Mediceo
Laurentino, es decir isla Sin Ventura o Desventurada
que es una antinomia o contradicción de Con Ventura
o Fuerteventura, en el fondo desde el punto de vista geográfico
son dos islas completamente distintas que obedecen a los siguientes
calificativos: grande y pequeña, llana y montañosa,
seca y húmeda, arenosa y rocosa, etc.
El primer mapa con topónimos donde parece la isla de El Hierro
es el que figura en el manuscrito de Valentim Fernandes (1506). La
isla tiene forma más simbólica que real, ya que representa
un ‘hierro’o ‘punta de lanza’. En el texto
dice: «Do ferro, Ilha que jaz mais ao occidente que alguna
outra destas Ilhas de Canarea» (M. Santiago, 1947: 338-356).
La ‘primera imagen’ con el contorno más circular
que de herradura es el que representó el ingeniero militar
Leonardo Torriani en 1588c. Le sigue la “Planta” levantada
por el también ingeniero militar Próspero Casola en
1635c y años después la levantada por Pedro Agustín
del Castillo en 1686.
Los mapas de la isla de El Hierro en particular y de las Islas Canarias
en general, que se imprimieron en Europa en la segunda mitad del siglo
XVI, en el XVII y primera mitad del XVIII tienen escaso valor científico
y su aprecio es el que le dan los coleccionistas.
En el siglo XVIII hay un gran interés científico para
fijar la posición de las Islas y en especial el meridiano de
El Hierro. Las tensiones entre las potencias europeas impidieron al
gobierno francés destacar a un científico a las islas
Canarias para fijar la posición del meridiano.
Fue en 1724 cuando el padre Feuillée, en calidad de científico,
viajó a las islas y fijó la longitud de París
con respecto al meridiano de El Hierro en 19º 55’ 3”.
Después de Feuillée otros navegantes, viajeros, geógrafos
y naturalistas realizaron su mapa de las islas Canarias destacando
Bellin en 1746 y 1753; George Glass en 1764; Eveux de Fleurieu en
1772 y Borda en 1776.
En el trienio que abarca desde 1740 a 1743 un equipo de ingenieros
militares dirigidos por el teniente coronel don Antonio Riviere recorrió
las islas y las levantó; se puede considerar que se trata del
primer trabajo científico realizado con plancheta, alidada
y una cuerda de cáñamo de 200 toesas. Al capitán
don Manuel Hernández se atribuye el levantamiento, en 1742,
del mapa de la isla de El Hierro, realizado a escala 1:72.000, la
mayor de cuantas escalas se utilizaron durante los siglos XVIII y
XIX. El geógrafo Tomás López lo utilizó
para preparar su mapa de 1779 y lo mismo hizo Francisco Coello en
su mapa de 1849.
A pesar de que a finales del siglo XVIII se había levantado
una excelente carta náutica por Varela y Ulloa. Con la llegada
del siglo XIX se produce una situación precaria debido a Trafalgar,
a la guerra de la Independencia y, posteriormente a la atonía
política, que impidió continuar los trabajos. En 1834
se autorizó a la Armada Británica a efectuar los levantamientos
del archipiélago, tanto de conjunto como de cada isla; los
trabajos fueron realizados por el capitán A.T.E. Vidal y el
teniente William Arlett entre 1834 y 1838. La isla de El Hierro junto
con la de La Palma y la de La Gomera fue levantada por el capitán
Vidal en 1837 y la hoja con las tres islas fue publicada por el Hydrographic
Office (Reino Unido) en 1848. En este mapa se da una idea topográfica
bastante exacta del contorno de la costa, y se fija con precisión
el punto más occidental: Punta Orchilla. En 1852 la Dirección
Hidrográfica de la Armada publicó en Madrid la versión
española del citado levantamiento. Posteriormente, en 1868,
se corrigió esta carta náutica así como las del
resto de las islas y todas continuaron en vigor con modificaciones
y correcciones hasta 1947. El original grabado en cobre se conserva
en buen estado.
EL NOMBRE DE LA ISLA Y SU ORIGEN
Historiadores, lingüistas y geógrafos llevaban años
buscando el significado y origen del topónimo. Faltaba un eslabón:
la utilización de la cartografía histórica. Antes
de exponer nuestras conclusiones, veamos lo que aquellos han escrito.
En relación al nombre que recibió en la antigüedad,
desde el siglo XVI han tratado de identificarlo, exponemos algunas
opiniones:
Plinio las relacionó con los nombres de Planasia, Ombrios,
Junonia, Junonia Minor, Capraria, Nivaria y Canaria. Sin embargo,
no se ponen de acuerdo los historiadores a la hora de asignar un nombre
a cada isla. En los siglos XVI, XVII y XVIII la isla de El Hierro
fue identificada con Ombrios y su traducción latina Pluvialia.
Las divergencias surgieron en los dos últimos siglos.
En las últimas décadas no se ha perdido el interés
por identificar las islas, según se constata de lo que sigue:
En un interesante estudio, el catedrático D. Juan Álvarez
Delgado (1945), defendía la teoría de que la Capraria
de Plinio-Juba y de Ptolomeo y la Casperia del padre
Espinosa coinciden con la isla de El Hierro.
Antonio Cabrera Perera (1988) decía: Yo creo que la Plouiala,
Ombrios o Pluvalia se pueden identificar con el Hierro, pues Juba
señala que navegando desde las Purpurarias hacia el Sur y rumbo
al poniente se encuentra la primera (Ombrios).
Antonio Santana et Al. (2003) dan una nueva lectura a los textos de
Plinio, dividen el archipiélago en dos grupos: Hespérides
(Lanzarote: Pluvialia y Capraria y Fuerteventura: Invale y Planasia)
y Afortunadas (La Palma: Ombrios, El Hierro: Junonia,
La Gomera: Capraria, Tenerife: Ninguaria y Gran
Canaria: Canaria). Aunque la interpretación es del
máximo interés antes de darlas por válidas es
necesario profundizar en el conocimiento de las ideas en que se basa:
capacidad de navegar en mar abierto, mesonimia del archipiélago
(islas e islotes adyacentes), toponimia de la costa africana etc.
No obstante, más que identificar el nombre antiguo mi interés
estaba centrado en buscar el significado y el origen de la palabra
El Hierro.
Al tratar el tema con el doctor D. Miguel Fernández Gutiérrez
gran conocedor de la toponimia canaria, en una conversación
en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de
Tenerife, decía que al contemplar El Golfo herreño daba
la sensación de estar viendo una herradura. Este símil
me hizo meditar y me indujo a efectuar una recopilación del
contorno de la isla según los que la habían dibujado
y conocer la opinión de los que la habían visto.
En relación al nombre:
Fray Abreu Galindo dice al respecto: Hallé que los naturales
la llamaron Esero, que en su lenguaje quiere decir fuerte; otros dicen
que se llame Fero, que es lo mismo, y como ellos no tenían
hierro, ni usaban de él y vieron que el hierro era cosa fuerte,
correspondiente al nombre con que llamaban a su tierra, aplicaron
este vocablo y nombre de Esero al Hierro.
El licenciado D. Ivan Núñez de la Peña, siguiendo
al poeta Viana (1604) dice que Hero quería dezir fuente,
cuyo nombre le dieron por aquella grande Fuente, que en ella avia
y más adelante añade Hero llamaron sus naturales a esta
isla, hasta que fue conquistada de Católicos; que estos por
la llamar Hero; por equivocación, o por corrupción del
nombre la llamaron Hierro que hasta oy es conocida y nombrada.
El historiador D. José de Viera y Clavijo (T-I, 1772) decía
lo siguiente: Como quiera que sea, yo no seguiré nunca
sino las conjeturas más simples. Tengo por cierto que el nombre
de la isla del Hierro se originó del hierro metal.
El catedrático y filólogo D. Juan Álvarez Delgado
publicó los artículos «Etimología de “Hierro”
¿”Heres” o “Eres”?» (1941) y
«Ecero, Notas ligüísticas sobre El Hierro»
(1946) relacionando el vocablo aborigen Esero con su traducción
fortaleza o lugar fuerte.
El profesor francés Georges Marcy (L’origine des noms
de l’île de fer, 1945, reproducido en Revista de Historia
XV, 1949) aprovechando la tesis del Dr. Álvarez delgado
relaciona la forma Hero con la voz tuareg azeru que significa
muralla rocosa vertical y a su vez la relaciona con la isla
de El Hierro ya que se presenta desde el mar como un acantilado...
El catedrático D. Elías Serra Ràfols (en Régulo
Pérez 1948: 260-264) afirmaba que el nombre “Ferro/Hierro”
no era más que una antinomia lingüística: “Hierro.Fero-Legname-Madeira”.
El catedrático D. Juan Régulo Pérez (1949) en
“El topónimo Hierro – escarceos etimológicos”
decía todo hace pensar que estamos en presencia de una
palabra románica bien conocida, sin relación alguna
con formas indígenas. Sin embargo, no llegó a dar
una opinión concluyente.
En relación al contorno:
Se efectuó una recopilación de las nueve cartas portulanas
más representativas, de los siglos XIV y XV con el siguiente
resultado:
En la carta náutica de Angelino Dulcert (1339) no aparece la
isla. En la de Pizzigani (1367) figura sin nombre. En el atlas Mediceo
Laurentino se llama I. Senza ventura En el atlas de Cresques
Abraham (1375) se llama ínsula de lo fero, que significa
isla de El Hierro. La palabra fero, en mallorquín,
puede también traducirse por herradura, todavía
se puede escuchar a los payeses decir la frase es ferro des cavall
que en catalán antiguo sería lo fero de lo cavall.
De la escuela mallorquina son también las cartas de la Biblioteca
de Nápoles, de Viladeste, y de Vallseca, en las tres recibe
el nombre de fero; las tres restantes son de la escuela italiana
y también figura con el nombre de fero, que en italiano
significa igualmente herradura. En casi todas ellas el contorno
de la isla es muy parecido a una herradura. Sin embargo, en las cartas
portulanas del siglo XVI se abandona esa forma de representarla pero
se rotula Hierro (castellano), Fero o Ferro (catalán o italiano),
Fer (francés) y Oferro (portugués). La primera vez que
se cita es en el Libro del conosçimiento escrito por
un fraile español hacia 1350-60 con el nombre de isla do
lo fero.
En cuanto a la impresión que recibieron algunos escritores
e historiadores al contemplar la isla, sus opiniones fueron:
Tomás Marín de Cubas en la historia ya comentada decía:
La última es la del Hierro está más al sur
de la Gomera y dista cinco leguas de Tenerife, su figura es de media
luna.
El ingenieros militar D. Antonio Riviere en la Descripción
de la isla de El Hierro (1742) decía: ... al norte de la
isla se encuentra, un pasaje el más delicioso de ella, llamado
El Golfo, pues es cierto que en su tanto, puede competir con el mejor
de otras islas....
El teniente coronel de milicias Juan Antonio Urtusáustegui
en el Diario de viaje de la isla de El Hierro en 1779, decía:
el 13 por la mañana (13 de octubre de 1779) revisté
las demás dotaciones del Golfo. Este es un valle que cierra
desde la punta de la Dehesa que está al occidente hasta los
Roques de Salmor al norte una eminente y disforme montaña en
forma de herradura...
El geógrafo D. Leoncio Afonso, amigo de la real Sociedad Económica
(1953), dice: El Hierro: la isla de la media luna. Está
constituida por una gigantesca semicaldera, cuya concavidad, El Golfo,
se orienta hacia el Nordeste. Entre punta Arenas Blancas y Roques
de Salmor. La isla forma un arco, cuya concavidad de enormes y abruptas
pendientes, conocida por el Golfo, ocupó en otro tiempo el
mar, el cual con su labor erosiva, han hecho casi perpendiculares
las paredes del mismo... El paisaje más importante de El Hierro
apenas conocido por poco más que sus habitantes, es el panorama
de El Golfo.
Los geógrafos D. Martín Hernández Hernández
y D. Enrique Niebla Tomé (1984), dicen: El Golfo no sólo
es el accidente morfológico más espectacular de El Hierro,
sino también la comarca más extensa y la más
claramente definida gracias al gran escarpe semicircular, abierto
al Nordeste, que lo delimita.
Conclusión: las tres premisas expuestas permiten sentenciar
que EL HIERRO equivale a decir LA HERRADURA.
EL MERIDIANO ORIGEN Y LA ISLA DE EL HIERRO
Este apartado trata sobre la necesidad, conocida desde la Antigüedad,
de situar en los mapas el meridiano origen para fijar la longitud
de cualquier lugar. En el mapa de Hecateo el confín del mundo
está en el Océano, más allá de las Columnas
de Hercules (Estrecho de Gibraltar). Ptolomeo estableció
que el primer meridiano pasaba al Occidente de las Macárôn
Nesôi (Islas Afortunadas).
Al repasar la cartografía medieval y estudiar los límites
del Mundo se observa que la primera rosa de los vientos conocida está
representada en el portulano de Cresques Abraham (1375), donde la
línea Tramontana-Metzodi pasa por la Ynsula de
lo Fero y define casi con seguridad el primer meridiano.
La necesidad de establecer científicamente la posición
de las Islas Canarias obligó a realizar una serie de viajes,
entre los que destaca el de Feuillée (1660-1732) de 1724, sin
lograr su objetivo, pues los miembros de la Academie de Sciences
francesa fueron críticos con sus resultados.
Numerosos mapas de los siglos XVI a XIX tienen como origen de la longitud
la Isla de El Hierro; en realidad se trata de un incremento con respecto
a otro meridiano. Más importante, en esos siglos, que fijar
el origen fue medir la longitud, problema que se resolvió en
el siglo XVIII por los métodos del reloj y de las fases lunares.
En 1884, después de muchos debates y debido a la utilización
de ambos métodos, principalmente el segundo, 26 países
decidieron la elección de Greenwich como nuevo meridiano origen.
Debido a la dificultad del cálculo de la longitud tampoco fue
fácil fijar el punto más occidental de las Islas Canarias.
En el siglo XVI, era la Isla de La Palma, en el XVII La Restinga,
ya en la Isla de El Hierro; y, en el XVIII, La Dehesa. En 1848 quedó
establecido que Punta Orchilla era el punto más occidental.
CARTOGRAFÍA
DE LA ISLA