Fundación Canaria Orotava
de Historia de la Ciencia

Transcripción de la obra de teatro

Personajes

  • ARISTÓTELES
  • NEWTON
  • EINSTEIN
  • EL DIOS CREADOR
  • EL DIOS MOTOR
  • NARRADORA
  • ... y UNA MANZANA

NARRADORA

Hola amigos, quizá se hayan preguntado alguna vez por qué el mundo es como es o quién lo hizo o cómo funciona. Hoy tenemos aquí algunos personajes que han dicho algo sobre esos asuntos y les queremos preguntar su opinión sobre un tema que todos conocemos, pero que es mucho más complejo de lo que parece: la gravedad. O sea ¿por qué cae la manzana del árbol?

ARISTÓTELES

Permítanme que tome la palabra en primer lugar por ser el más antiguo. Me llamo Aristóteles. Viví en Atenas hace 24 siglos y allí escribí algunos libros sobre el cosmos que se leyeron durante mucho tiempo. En este mundo que nos ha tocado vivir las cosas son complicadas y cambiantes, terribles a veces, dulcemente naturales otras; pero si en las noches serenas miro reposadamente el cielo estrellado y advierto el acompasado movimiento de las estrellas, con sus regularidades, con ese eterno caminar en círculo, cuando me duermo, sueño que esa armonía es parte de un Todo en el que se incluye este corruptible y perecedero mundo que encontraré cuando me despierte.

NARRADORA

¿Y en esa época tan remota, donde la gente y las cosas serían muy distintas de lo que son ahora, cómo pensaba usted que era el mundo?

ARISTÓTELES

En mi opinión, la materia se origina en la mezcla de cuatro propiedades fundamentales: lo caliente, lo frío, lo húmedo y lo seco, que se combinan entre sí para dar lugar a los cuatro elementos o esencias: tierra, agua, aire y fuego. La Tierra, que es esférica, está en el centro del Universo, porque al ser el elemento más pesado, es su lugar natural, y todas las cosas tienden o apetecen su lugar natural. Los objetos materiales caen para reunirse con la tierra y el fuego, por ser lo más ligero, asciende para ocupar su lugar en lo más alto: cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa. El Universo es como una gigantesca casa, grande pero no ilimitada, con las estrellas al fondo como luminosas señales que indican el confín; es la casa del Hombre y para el Hombre. Más allá, fuera del Universo, hay un Motor Inmóvil que lo ha puesto en movimiento.

DIOS MOTOR

Ahí es donde intervengo yo. Mi tarea es hacer girar eternamente la esfera de las estrellas fijas, de modo regular y continuo. A su vez, esa esfera transmite su movimiento a las múltiples esferas interiores que mueven a los planetas, el Sol y la Luna. Sin embargo, yo, que soy la causa del movimiento del universo soy un Ser inmóvil, inmutable. Ni me muevo, ni cambio, porque soy perfecto. Es justamente la atracción y belleza de mi perfección lo que pone al Universo en movimiento: el mundo quisiera ser perfecto, como yo.

ARISTÓTELES

En este mundo imperfecto, donde todo lo que existe se mueve y se desarrolla para intentar alcanzar su propia perfección, la manzana cae porque le apetece, porque es un cuerpo pesado que ansía retornar a su lugar natural, la tierra.

NARRADORA

Durante cerca de dos mil años las ideas de Aristóteles y, en particular, su cosmología, mejorada por Ptolomeo en el siglo II d.c., estuvieron vigentes en todo el Occidente cristiano, y esto fue así no sólo por su propia valía, sino porque Sto. Tomás de Aquino en el siglo XIII incorporó a las doctrinas oficiales de la Iglesia Católica la mayor parte de las ideas aristotélicas. Desde la destrucción del Imperio Romano, la Iglesia romana era la depositaria del saber en Europa Occidental, en las bibliotecas de sus monasterios; la Teología se convirtió en la reina de las ciencias y la Biblia era el libro sagrado que contenía el mensaje revelado por el Dios creador. Por tanto, su contenido no era discutible...

EL DIOS CREADOR

Como veo que me están nombrando, tendré que intervenir, pues quién mejor que yo para decir que la Biblia es un bello y poético libro escrito por los hombres, que se inspiraron en mi Divina presencia en todas las cosas, libro que, por supuesto, es interpretable libremente. La Biblia comienza contando cómo creé el Mundo en 7 días: primero la luz y el firmamento, luego la Tierra, el Sol, la Luna y las estrellas. Después separé las aguas de las tierras y las poblé con peces, y los aires con pájaros, y creé los animales que pisan la tierra. Finalmente concebí la criatura más perfecta, el Hombre, semejamte a mí mismo, y para que no se aburriera concebí a la Mujer, a fin de que vivieran felices en el paraíso.

NARRADORA

Sin embargo, esa felicidad no les duró mucho; parece que hubo un asunto con una serpiente y una manzana, y usted envió un ángel para expulsarlos del paraíso.

DIOS CREADOR

En efecto, aunque podían gozar de todos los frutos les prohibí que comieran del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal. Pero como eran curiosos querían saber los porqués de todas las cosas. Entonces un viejo enemigo mío los sometió a la tentación: les contó que si comían del fruto prohibido serían sabios como yo. Muchos siglos después los pintores del Renacimiento decidieron representar ese fruto como una manzana. Desde entonces los humanos han de sufrir para ganarse la vida y se siguen preguntando por qué caen las manzanas cuando están maduras. Pero quiero dejar claro que yo no participo directamente en los asuntos humanos y si lo hago en estos momentos es por necesidades del guionista.

NARRADORA

Pues qué pena que no hubiese intervenido en su momento, para evitarle a nuestro buen amigo Galileo Galilei una vejez tan triste, condenado por la Inquisición por interpretar aquel famoso episodio en que Josué con su divina ayuda mandó parar el Sol, para con la luz del día exterminar mejor a sus enemigos.

EL DIOS CREADOR

Ah, sí, sí, Galileo... aquel buen y tozudo zascandil que revolucionó la visión del Mundo y que tenía razón en lo de que “la Biblia habla de cómo se va al cielo pero no de cómo es el cielo”. Aunque a estas alturas, ustedes deben saber ya que eso de “tener razón” es relativo a las circunstancias. El Único que tiene razón siempre soy Yo, pero admito que eso es bastante misterioso. Pero en fin aquí hay gente que conoce muy bien a Galileo y debería opinar.

NEWTON

Soy Isaac Newton, inglés, y a partir de 1660 dediqué mis mejores años a las matemáticas, la física y la alquimia. Pero quisiera empezar recordando a algunos de mis predecesores. En 1543, se publicó un libro de Nicolás Copérnico con la hipótesis de que la Tierra y los planetas giraban alrededor del Sol y, por tanto, la Tierra no era el centro del Mundo. Esta hipótesis, arriesgada y revolucionaria, tenía una motivación matemática, pues se basaba en los datos numéricos sobre las posiciones planetarias, de modo que el heliocentrismo explicaba mejor las apariencias del Universo. La influencia del libro quedó restringida a unos pocos que sabían latín. Pero cuando Galileo, en 1610, publicó un libro en italiano en el que se anunciaban hechos muy sorprendentes sobre la naturaleza de los cielos, que había podido observar gracias a un telescopio de su invención, la visión aristotélica del Universo quedó seriamente dañada, porque lo que Galileo enseñaba era que había montañas en la Luna, satélites en Júpiter y otros fenómenos celestes que invalidaban la teoría geocéntrica.

NARRADORA

Es el momento de recordar que la ciencia no es siempre un mundo pacífico. La Iglesia romana condenó por herético a Galileo, por sostener que “ el Sol es el centro y no se mueve y que la Tierra se mueve y no es el centro del Mundo”, ya que esto estaba en contradicción con algún pasaje de la Biblia.

EL DIOS CREADOR

Sí, ese suceso fue lamentable. El entonces representante mío en la Tierra, el papa Urbano VIII, metió la pata por abusar del sentido común y por lo que hoy llamaríamos imperativos políticos, a pesar de ser amigo personal de Galileo. Aunque la verdad es que creer, y demostrar desde la Tierra, que ella se mueve es muy difícil. Desde el Cielo yo la veo cómo gira armoniosamente y los niños de la escuela saben hoy todos –porque el maestro se empeña en ello- que es la Tierra la que gira y no el Sol. Este sorprendente y poco intuitivo hecho le costó a los humanos muchos miles de años de reflexión y les sirvió para desconfiar de los sentidos y para valorar las matemáticas como el lenguaje idóneo para hablar con la Naturaleza, esto es, conmigo.

NARRADORA

Pues estamos ya en el siglo XVII y la cosmología aristotélica se desmorona, a pesar de las resistencias eclesiásticas, y una nueva concepción del Mundo, la mecanicista, se va implantando poco a poco. El Mundo es ahora como un inmenso y complicado entramado que funciona con la precisión de un reloj. Concebido y diseñado, claro está, por el Dios Creador que adquiere un protagonismo aun más marcado, al ser no sólo el Arquitecto del mismo, sino también su conservador y el que proporcionará la garantía de que, si razonamos bien –como diría el filósofo y matemático francés René Descartes- y con el método apropiado, no existe problema por complicado que sea que no pueda resolverse. El mismo año en que muere Galileo, 1642, nace Isaac Newton, otro de los grandes filósofos de la Naturaleza, protagonista de esta historia.

NEWTON

Pues precisamente yo, de joven leí con mucha admiración los libros de Descartes y de Galileo, y Kepler me maravilló con sus armonías cósmicas. También leí muchos libros de teología de mi padrastro. Fui a estudiar a la Universidad de Cambridge, y en 1665, el año de la gran peste, me refugié en mi casa de campo y allí pasé varios meses de exaltación creativa y casi no dormía y pensaba y escribía sobre lo que me rodeaba, en los cielos, que ahora eran infinitos y también en la composición de la materia, en lo infinitamente pequeño. Advirtiendo que lo novedoso en relación con mundo de los antiguos era el concepto de infinitud, íntimamente ligado a los atributos del Dios cristiano, del Dios Creador, construí en ese año el Cálculo Infinitesimal y también me dio tiempo para sentar las bases del libro que escribiría más tarde y que está considerado como mi gran obra, los Principios Matemáticos de la Filosofía Natural.

NARRADORA

¿Y qué es lo que cuenta usted en un libro tan famoso, que aunque tenga ya más de tres siglos se sigue leyendo y estudiando en las universidades?

NEWTON

Ahí explico la estructura del sistema solar y el porqué de las mareas, y doy la famosa fórmula de la gravedad, la Ley de la Gravitación Universal, con la que consigo cuantificar la fuerza de atracción mutua que se ejerce entre cada dos cuerpos del espacio, de un espacio absoluto, que es como un contenedor infinito de la materia y que yo asocio al Dios Creador como órgano de sus sensaciones. Pues bien, os voy a contar cómo se me ocurrió mi famosa ley: estaba contemplando mi huerta una mañana, cuando vi caer una manzana madura y tuve la intuición de que ese fenómeno era similar al de la Luna cuando gira alrededor de la Tierra. La Luna también cae continuamente sobre la Tierra, pero la bondad del Dios Creador y mi ley de inercia hacen que se mantenga en órbita alrededor de la Tierra. Así pues contestaré a vuestra pregunta: La manzana cae, como cae la Luna, porque la Tierra la atrae con una fuerza que es proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de su distancia.

EL DIOS CREADOR

¡Qué gran cabeza la de este muchacho inglés! Hasta llegué a estar un poco celoso cuando aquel poeta dijo “La naturaleza y sus leyes yacían ocultas en la noche, Dios dijo: “Sea Newton”, y todo fue luz”. Nunca estuve tan considerado como en ese tiempo, me nombraban en todo momento y los hombres, ante la inmensidad que podían ver en los cielos con los modernos telescopios, prudentemente me consideraban su protector y Sumo Hacedor.

NARRADORA

¿Y qué tal encajó, señor Dios Motor, la fama y gloria de este Dios Creador que lo dejó a usted casi olvidado y sin público?

DIOS MOTOR

Hay que acostumbrarse a que todos tenemos nuestros momentos buenos y nuestros momentos malos. También a mi colega, el Dios creador, le llegó el momento del olvido. Acuérdese de que envalentonados por los admirables descubrimientos que la ciencia newtoniana iba consiguiendo los científicos fueron poco a poco dejando la figura divina a un lado. Y así, el francés Laplace, a comienzos del siglo XIX, escribió una monumental Mecánica Celeste con la que pensaba zanjar definitivamente el tema de la estructura del Universo; cuando Napoleón Bonaparte le preguntó que dónde estaba Dios en su libro, Laplace le contestó que no tenía necesidad de esa hipótesis. Pero como la vida da muchas vueltas, igual que la Tierra, quizá algún día volvamos a estar en el candelero de la ciencia.

DIOS CREADOR

Desde luego, de quien más se dudaba era de mí, de la figura de Dios, y así un filósofo alemán llamado Nietzsche certificó mi muerte a finales del siglo XIX. Por fortuna, él mismo reconoció que todo pasa y todo vuelve, que todo se repite infinitas veces, así que coincido con mi divino colega en que algún día regresaremos al primer plano de la ciencia.

NARRADORA

El caso es que la Física seguía avanzando y todas las disciplinas del saber imitaban los métodos de la física-matemática. Faraday, Maxwell y Hertz descubrieron y desarrollaron el electromagnetismo y el nuevo concepto de campo de fuerzas hizo pensar a los científicos en que la fuerza newtoniana de atracción a distancia tenía una naturaleza misteriosa. Se empezaba a poner en duda la explicación de Newton. En 1900 la Física estaba en crisis, porque los nuevos descubrimientos, entre ellos el hecho de que la luz fuese una onda electromagnética, pusieron en un aprieto a la Mecánica, hasta entonces considerada la parte más importante de la Física. Lorentz, Poincaré y Einstein introdujeron cambios radicales en las concepciones de tiempo, espacio y masa, y al señor Newton le tocó jugar el papel que antes había representado Aristóteles: el de rey destronado. El causante de la revolución fue un joven judío-alemán llamado Albert Einstein, que en 1905 publicó importantísimos artículos científicos y, entre ellos, el de la Relatividad Restringida. Pero dejémosle hablar a él.

EINSTEIN

Me tocó vivir una época de profundos cambios. Mi familia tenía una empresa que instalaba el servicio eléctrico en las calles de las ciudades, lo que entonces, a finales del siglo XIX era algo mágico. Mi país, Alemania era entonces el estado más culto e industrializado de Europa, pero no tenía un poder equivalente al de Inglaterra o Francia gracias a sus colonias, lo que provocaba un sentimiento militarista ansioso de revancha. Eso no me gustaba, siempre fui pacifista y anti-autoritario; tuve que sufrir dos grandes guerras mundiales y el exterminio de mis compatriotas judíos. NARRADORA Quizá no sea una casualidad que los países más cultos hayan sido también los más sanguinarios en su vocación de conquista del mundo. Pero en fin, me gustaría que nos recordara cómo fueron sus inicios en el campo de la física.

EINSTEIN

De joven yo tenía una gran imaginación, leía mucho y me gustaban especialmente los libros de divulgación científica. Cuando trabajaba en la oficina de patentes de Zurich, porque no había conseguido trabajo en ninguna Universidad, publiqué los trabajos que me hicieron famoso. Más tarde, en 1915, publiqué lo que hoy se llama Teoría de la Relatividad General, que trata del gran tema de la Gravitación, es decir, de responder a la pregunta de por qué cae una manzana. Trabajé muy duramente en esos años, porque las matemáticas que necesitaba eran muy complicadas, pero la idea básica que me iluminó el camino es muy sencilla; pienso que los fundamentos del Universo responden a criterios de simetría y belleza estructural necesariamente simples.

NARRADORA

Pues en ese caso probablemente será usted capaz de responder a nuestra pregunta sobre la manzana con palabras sencillas y breves, que nos permitan comprender su razonamiento.

EINSTEIN

Me gustaba hacer experimentos mentales, y así, un día, pensé qué pasaría si me tirase de lo alto de un rascacielos y sacando una manzana del bolsillo la dejase caer suavemente a mi lado (por fortuna es sólo una experiencia imaginaria!). Entonces comprendí que no sentiría mi peso y que ni siquiera notaría que mi velocidad de caída iría aumentando. Por último, imaginemos que tensamos una gran sábana y que en ella depositamos en distintos lugares bolas de distinto tamaño y densidad: una bola de hierro, una pelota de baloncesto, etcétera, y que entonces pusiésemos en el borde de la sábana una pequeña bolita de acero. Esta seguiría un camino que estaría determinado por la curvatura que en la sábana habrían determinado los objetos puestos al principio. Y ahora ya puedo responder a vuestra pregunta: La manzana cae porque está obligada a seguir la curvatura del espacio-tiempo determinada por las masas que hay en el Universo.

NARRADORA

Usted ha repetido con frecuencia que Dios no juega a los dados, queriendo decir que creía que el universo no era el resultado de un juego de azar. ¿Se refería usted al Dios motor, al Dios creador o a algún otro?

EINSTEIN

Pues creo que sería semejante a ambos, porque mi dios es sobre todo un dios matemático.

DIOS CREADOR

Pues ya que es la hora de acabar quiero decir que todas las respuestas me han gustado, si pienso en los momentos en que fueron dichas. Y en el futuro habrá otras explicaciones, sobre todo si siguen creyendo en Mí, esto es, si siguen creyendo en la existencia de una respuesta única y verdadera.

DIOS MOTOR

Por mi parte sólo les quería recomendar que no dejen de comer manzanas y que es mucho mejor cogerlas directamente de los árboles sin esperar a que las congelen en las cámaras frigoríficas. ¡Cómanse una manzana sabrosa y se sentirán como dios!

Autor del texto

José Luis Montesinos Sirera
José Luis Montesinos Sirera Fundoro: Director de 1999 a 2007 Profesor de matemáticas

Colaboración

Sergio Luis Toledo Prats
Sergio Luis Toledo Prats Fundoro: Director de 2007 a 2016 Profesor de filosofía

Joaquín Gutiérrez Calderón
Joaquín Gutiérrez Calderón Fundoro: Coordinador de documentación, biblioteca y publicaciones entre 1999 y 2009 Profesor de latín