Artista y mecánico nacido en Palma de Mallorca en 1769.
En el segundo viaje a Inglaterra de Agustín de Betancourt, entre noviembre de 1793 y octubre de 1796, el ingeniero se hizo acompañar, pagando de su bolsillo los gastos de viaje y enseñanza, por Bartolomé Sureda, un joven mallorquín de gran temperamento artístico y talento para la mecánica. Allí recibió clases de dibujo y aprendió las nuevas técnicas de grabar las láminas de cobre: el aguatinta y la aguada. Con estas nuevas técnicas era posible realizar modificaciones en la lámina, rascando el cobre y puliéndolo después con un instrumento de acero de punta redondeada, llamado bruñidor.
De regreso a España, Sureda ocupó el puesto de conserje o custodio del Real Gabinete de Máquinas, sustituyendo a Antonio Álvarez, y puso en práctica la nueva técnica de la aguada, como puede apreciarse en la ilustración de la prensa de Bramah, reproducida en 1798 en la Descripción de las Máquinas de más general utilidad que hay en el Gabinete.
Bartolomé Sureda fue quien enseñó estas nuevas técnicas, desconocidas hasta entonces en España, a Francisco de Goya, utilizándolas éste de una forma magistral en la serie de los Caprichos, grabados entre 1798 y 1799. El pintor aragonés realizó, pocos años después un espléndido retrato de Bartolomé Sureda, hoy en la National Gallery de Washington.
Muchos años después, Bartolomé Sureda, que se hallaba cesante en Mallorca de su trabajo como director de la Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro, fue reintegrado al servicio activo en 1817 como director de la Real Fábrica de Paños de Guadalajara, pasando en 1821 a ejercer como director de la Real Fábrica de Loza de la Moncloa. El mismo año que Betancourt muere en San Petersburgo, Sureda es nombrado director de la Real Fábrica de Cristales de la Granja.