Para el caso concreto del turismo de salud hay que tener en cuenta que ya desde la primera etapa, que podríamos llamar prototurística, la atracción del clima para los enfermos de tuberculosis y de afecciones pulmonares varias fue grande. Con el tiempo, este hecho —el de las buenas condiciones climáticas isleñas— se va ratificando por viajeros cultos, naturalistas, científicos y, especialmente, médicos que acuden a propósito a certificar este hecho.
Sin duda el desarrollo de los barcos de vapor y de las líneas transatlánticas que pasaban por Canarias —o por Madeira— desde Inglaterra u otros lugares europeos fue básico para el incremento de los viajeros al Archipiélago.
La buena disposición de los canarios hacia los turistas, su buen trato y amabilidad también contribuyó a la recurrencia de turistas extranjeros. Mientras, para empresarios y hombres de negocios isleños el turismo era una fuente de ingresos alternativa a la economía tradicional, ligada a la tierra, y sobre todo en tiempos de crisis.