Viajeros del siglo XIX en Canarias

Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia

Flora canaria: origen y tipos

Flora canaria, Puerto de la Cruz Flora canaria, Puerto de la Cruz Con las actuales condiciones naturales es difícil entender cómo han llegado al archipiélago las semillas de estas plantas mediterráneas, que adquieren un tamaño y una viscosidad desconocidos en Europa. Se sabe que las Islas Canarias están unidas a África por un banco, de menos de mil brazas de profundidad, que es la continuación submarina de la cordillera del Atlas. La actual flora desértica africana no conserva las plantas de las que podrían proceder estas joyas de los barrancos canarios. Tampoco las corrientes marinas pueden haberlas transportado, ya que las islas se encuentran en la rama de la corriente del Golfo que se bifurca hacia el sudoeste, viniendo de América. Sólo Lanzarote y Fuerteventura, que carecen de esta bonita flora, tiene sus costas bañadas por una estrecha corriente de norte a sur. Tampoco los vientos parecen una explicación, porque el alisio del norte, en cuya ruta se hallan las Islas Canarias, se alza hasta el grado 32, es decir, más al sur que los últimos confines europeos. Es más, las aves de paso, que podrían llevar semillas del norte, no recalan en Canarias.

Tienen que haber sido fuerzas anteriores, que hoy han perdido su eficacia, las que en otros tiempos proporcionaron a estas islas una conexión con Europa. Tal relación existía, como lo demuestra no sólo el mundo de la flora, sino también el de los insectos, peces y moluscos marítimos y terrestres. Aunque modificado, todo tiene carácter mediterráneo.

No menos difícil de comprender que el origen de estos tipos europeos es la perfección de los de estas islas. Encontraron aquí un clima sin heladas, sin interrupción del período de vegetación, una combinación de efecto solar, altísima humedad del aire y suavidad de temperatura como sólo se encuentra en los más favorecidos lugares de Portugal y el sur de Italia. De aquí el crecimiento continuado, perenne, formando árboles de inflorescencias enormemente desarrolladas y grandes hojas, a las que un territorio rocoso y abrigado da la forma recogida de las rosetas. El clima isleño significa que la flora tenga representantes leñosos de especies que en el continente son simples hierbas.

Hermann Christ, Un viaje a Canarias en primavera (1886)

Traducción de Karla Reimers Suárez y Ángel Rodríguez Hernández