Fracaso de una medición del Teide
“El señor de Monneron, capitán del cuerpo de ingenieros hizo también el viaje al Pico con la intención de nivelarlo respecto a la orilla del mar; era la única manera de medir esta montaña que aún no se había intentado. Las dificultades locales no lo iban a arredrar si no eran insuperables, pues tenía mucha práctica en este tipo de trabajo. Sobre el terreno vio que los obstáculos eran mucho menores de lo que había imaginado, pues en una jornada había concluido lo que era más difícil; había llegado a una especie de llanura muy elevada, pero de fácil acceso y vislumbraba con la mayor alegría el final de su trabajo cuando los guías le plantearon dificultades que le fueron imposibles de vencer: sus mulas no habían bebido nada desde hacía 72 horas; ni ruegos ni dinero pudieron convencerlos para quedarse más tiempo. Monneron se vio obligado a dejar inconcluso un trabajo que ya daba por terminado, que le había costado increíbles esfuerzos y un gasto bastante considerable, pues había tenido que alquilar siete mulas y ocho hombres para llevar su equipo y ayudarlo en sus operaciones. Para no perder completamente el fruto de su trabajo determinó los puntos principales, de modo que hoy bastaría una jornada para acabar esa nivelación, que puede dar un resultado más satisfactorio que cualquiera de los que los distintos viajeros han dado hasta ahora.”
Jean-François de Galaup, conde de La Pérouse, 1785
Traducción de las autoras de Viajeros franceses a las Islas Canarias