La ruta de ascensión al Teide
“Llegamos a unas grandes rocas sueltas, donde había una especie de cabaña hecha de piedra seca. El guía nos dijo que el nombre de este lugar era Estancia de los Ingleses, llamada sí, supongo, por los ingleses que descansaban aquí cuando subían al Pico, porque nadie hace esta excursión sino los extranjeros y algunos pobres de la isla que se ganan la visa recogiendo azufre. La clase alta española no tiene curiosidad de este tipo. […] Hay que señalar que el aire por encima de las nubes es mucho más fino, más puro y más libre de vapores que el aire por debajo, porque antes de llegar a la Estancia de los Ingleses observamos que la luna y las estrellas relucían con un brillo inusual. […] No hay lugar en el mundo más apropiado para un observatorio que La Estancia. Si en este lugar se construyera una casa o cabaña caliente y espaciosa en la que los astrónomos puedan estar instalados mientras dura el buen tiempo, o sea, todo julio, agosto y septiembre, ellos podrían hacer sus observaciones, tomar nota acerca del viento y del tiempo por encima de las nubes y observar su naturaleza y propiedades.”
George Glas, 1764
Traducción de F. J. Castillo & C. Díaz Alayón