Proyecto Bachillerato

Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia

Timanfaya y cultivo en Lanzarote

…Salimos temprano por la mañana del día 22 con un acompañante y llegamos pronto hasta el malpaís, sobre el que seguimos el sendero habitual hasta las grandes montañas de lapilli. En el cráter de la segunda de éstas, que todavía lleva el nombre de Timanfaya, uno de los pueblos destruidos, había un pozo con agua excelente durante todo el año. Se han encontrado otros similares en diversos lugares. Acá y allá se habían plantado higueras, calabazas y moras. A lo largo de varias colinas de lapilli llegamos con rapidez hasta las verdaderas Montañas del Fuego, que con otras dos montañas eruptivas muestran, de forma similar al Teide, huellas de un fuego todavía latente. En diversos lugares, especialmente en las grietas transversales, se siente el fuerte calor. Hay azufre cristalizado, un poco de vitriolo. Hermosas sinterizaciones de sílice. Alrededor de un gran cráter ascendimos hasta la cima superior, que aparecía, como incrustada, arriba del todo y que apenas permitía tocarla en ningún lugar por el calor. Desde allí teníamos una vista panorámica casi completa sobre toda la erupción, que se extendió en línea desde el este hacia el oeste, desde el Golfo hacia San Bartolomé. Von Buch contó doce conos eruptivos. Había conos aislados esparcidos un poco por fuera de la línea. Donde en el pasado estaba Santa Catalina, el más grande de los once pueblos destruidos, se encuentran ahora cuatro colinas. Alrededor se ve el enorme flujo de roca fundida, que aquí cubre una tercera parte de la isla, pero sólo dos estrechos brazos tiran hacia el lado Sureste, al tiempo que la loma más alta de la isla se encuentra en este lado y las montañas de erupción submarina se encuentran en una larga extensión más cerca de allá. A lo largo del borde meridional de la lava se hallan varios de los pueblos más fértiles que se han construido en la isla. La negra arena de lapilli, que al principio se consideraba un desierto incultivable, produce un suelo de lo más rico. Por esta razón se planta en Yaiza mucha viña. Se cavan grandes agujeros en forma de embudo en el lapilli. Se acomodan las parras hacia arriba por los lados (del agujero) evitándose de este modo el destructivo viento del noreste. De la misma manera se cultivan moras, higueras, incluso olivos. Bien sea porque el vino es menos bueno o porque no entienden la preparación del azufre, la mayor parte se usa para aguardiente. Más hacia el suroeste se ve la señal de la colina Atalaya, que se indica como la más elevada de la isla, aunque con certeza no sea mucho más alta que la Corona y otras de las viejas colinas eruptivas al lado del pueblo Conil. Satisfechos por la contemplación de este horroroso desierto, que en extensión y en cantidad de volcanes apenas tiene igual (exceptuando quizás Islandia), regresamos hacia Tinguatón por el mismo camino…

Diario del viaje a las Islas Canarias en 1815, 2005, traducido por Cristina S. Hansen Ruiz.p. 64, Professor Christen Smiths Dagbog paa Reisen til de Canariske Øer i 1815, F. C. Kiær, Cristiania, 1889.

Preguntas

  1. ¿De qué forma se extendió la erupción de las Montañas de Fuego? ¿Cuántos conos habían? ¿Cómo se distribuían?
  2. ¿Qué se planta en el lapilli? ¿Cómo se hace el cultivo?