Circo de las Cañadas
Desde allí los peñones parecen formar un semicírculo que rodea el cono volcánico con una regularidad muy notable, desde la parte sur hasta el este, frente a la isla de La Gomera. Este es el circo, que solo es una parte del cráter de levantamiento, en cuyo centro probablemente se elevó el Pico. Las laderas de este cráter habrían sido destruidas por las erupciones del volcán hacia el norte y el este y, en efecto, en toda esta zona la falda de la montaña está cubierta por un gran número de coladas; incluso la montaña de Tigaiga, que se eleva hasta ese circo, no parece ser otra cosa que la continuación de las faldas del cráter.
[…] La fluidez primitiva de estas materias solo se vuelve evidente cerca de El Portillo y en ese punto se ve que la lava tiene forma de gruesas escamas, que se cubren unas a otras como las tejas de un tejado; la superficie es escabrosa y desigual; en el fondo de los barrancos las materias escoriáceas se presentan en ondas; la colada no es muy ancha y es fácil reconocer sus límites laterales; finalmente, en las partes superiores se encuentra un cono de erupción formado por lapilli.
[…] Los roques que forman el circo son verticales y se dividen en capas; las inferiores se componen de conglomerados gruesos y de tobas y las superiores de traquitas. Pero en la parte más alta, por encima de La Angostura, se ven estratos de basalto. La traquita es de un color gris humo claro, de granos finos, y se agrieta en gruesa láminas. El feldespato que se encuentra en ellas es muy laminar; sus cristales no están quebrados, pero casi todos son hemitropos.
Muchas veces las grietas de esta roca están llenas de cal carbonatada perlada, en forma de pequeñas estalactitas. En ella se ve poca hornablenda, pero hay muchos granos brillantes, negros, de hierro oxidado magnético. En la superficie de los fragmentos de otras masas de traquita, de color más oscuro, se observa la hornablenda en largos cristales y el hierro magnético en octaedros bien definidos.
Leopold von Buch, Descripción física de las Islas Canarias (1825)
Traducción de José Antonio Delgado Luis