La Caldera de Taburiente
El barranco que sale de este lugar se llama, según una ermita de la Virgen, Barranco de las Angustias. Argual se encuentra en su cima meridional, a 894 pies sobre el fondo. Cuando se desciende por esta pendiente uno llega de repente, sin esperarlo y de manera asombrosa, a una enorme cantidad de gruesos bloques que parecen proceder de una tierra extraña. Se creería estar en San Gotardo, en medio de los Alpes. Al principio hay una gran masa de hornablenda negra, en largos y hermosos cristales, con feldespato blanco, brillante, no alterado, entremezclados con láminas de mica y con cristales de pirita de hierro, roca análoga a la que con frecuencia se encuentra en el esquisto micáceo; luego se halla el esquisto micáceo; después unos bloques que parecen estar formados por un granito muy hermoso; esta roca, de granos gruesos, contiene feldespato blanco amarillento y mica negra, pero poco cuarzo y en cristales mal definidos; finalmente se observan otras masas que parecen haberse desprendido de montañas de sienita.
Los alrededores del barranco tienen una estructura que no difiere en nada de la de una isla basáltica. La capa más baja es de basalto y se mantiene hasta el mar. Es un hermoso basalto compacto, muy negro, que contiene gruesos granos de peridoto y numerosos cristales de augita. Por encima se extienden unos estratos de conglomerado de varios centenares de pies de espesor, compuestos en parte de gruesos bloques de rocas basálticas muy variadas y que a veces también están formados por trozos de basalto que contienen hornablenda; pero en esta mezcla no se encuentra ningún bloque de roca primitiva.
[…] Las faldas del barranco son verticales, como serían las paredes de una gran grieta; entonces se puede percibir fácilmente la serie de capas basálticas, así como su dirección. Durante mucho tiempo se muestra la misma alternancia de las capas de toba parda con las de basalto compacto. Los diques aparecen y se vuelven más frecuentes a medida que uno sube el barranco. También atraviesan todas las rocas, tanto las de conglomerado de escorias como las de basalto más sólido; la mayor parte están hendidos transversalmente en forma de columnas y siempre son de basalto de granos finos y de crestas agudas; contienen una escasa cantidad de cristales de augita.
Leopold von Buch, Descripción física de las Islas Canarias (1825)
Traducción de José Antonio Delgado Luis