Servicios religiosos
Aparentemente, la principal cosa a la que aspira el clero de estas islas en sus servicios religiosos es el efecto teatral. Paseando una mañana por la catedral de Las Palmas, antes del mediodía, encontré el altar, que está en la parte trasera de la nave del edificio en una especie de hueco, completamente cubierto por una cortina negra, que estaba corrida de un lado a otro como el telón de un teatro. Detrás de esta cortina, ocultas a la poca gente que se encontraba allí, había algunas personas, sacerdotes probablemente, salmodiando en latín y los responsorios eran continuados en el lado opuesto de la catedral por los miembros del coro, a los que tampoco se veía y que se hallaban en un pequeño edificio construido conforme a principios acústicos.
La iglesia estaba débilmente iluminada por cirios. La atmósfera, tenue y pesada por el olor del incienso que se quemaba en algún lugar fuera del alcance de la vista, y el eco de las voces de los intérpretes ocultos, cuando se elevaba y bajaba en ondas de sonido que retumbaban alrededor de la amplia bóveda central, tenían un efecto verdaderamente impresionante, lo que junto con la débil y misteriosa luz y el pasmoso efecto narcótico del incienso, parecía afectar fervorosamente a algunas mujeres histéricas que estaban arrodilladas en el pavimento de mármol. No sé si en los lugares de culto católico romano se celebran servicios similares a éste o si se celebran alguna vez en Europa, pero para mí fue bastante novedoso y durante un momento imaginé que me encontraba en un templo egipcio asistiendo a algún rito místico en honor de Osiris; en conjunto, la escena me pareció muy semejante a la representación teatral de algún conjuro.
Alfred Burton Ellis, West African Islands(1885)
Traducción de José Antonio Delgado Luis