El Hierro a través de la cartografía (1588-1899)

Juan Tous Meliá

 

Con este trabajo se pretende realizar un censo de la cartografía sobre la isla de El Hierro para relacionarla con la historiografía local, utilizando los valiosos testimonios que han dejado los que la han visitado y lo mucho que se ha elucubrado sobre el mítico árbol Garoé y el meridiano origen.

Los instrumentos de estudio utilizados han sido: las fuentes documentales y la bibliografía.
En nuestro caso la fuente documental es el mapa. Mapa es la representación de geográfica de la superficie terrestre o de parte de ella sobre un plano. Un concepto más general es el de cartografía, que es el arte, ciencia y tecnología de hacer mapas y el estudio de estos como documentos científicos y artísticos. La cartografía incluye los siguientes tipos: mapa (topográfico y corográfico), mapamundi, atlas, plano, perfil, croquis topográfico, minuta, cánevas o esquema cartográfico, carta náutica, portulano, ortomapa u ortoimagen, vista en perspectiva, cartograma, dibujo arquitectónico, modelo tridimensional y globo. Pueden ser manuscritos o impresos (grabado, litografía ,offset, etc).

El mapa manuscrito normalmente iba acompañado de una memoria, al pasar a los archivos muchas veces se han separado, otras veces ha sido arrancado de un libro, en ambos casos se ha perdido valiosa información. Para recuperarla o para realizar un trabajo de investigación es necesario acudir a la bibliografía y en el caso concreto de la cartografía histórica a las obras de referencia.

En el campo de la investigación sobre la historia de la cartografía se utilizan las obras generales y las de carácter especifico.

Obras generales son: Diccionarios y enciclopedias. Bibliografías nacionales. Bibliografías retrospectivas. Bibliografías colectivas. Bibliografías comerciales. ISBN, Libros españoles en venta. Catálogos de entidades. Biblioteca Nacional, Catálogo general de libros impresos.

Obras de carácter especifico: Historias de la cartografía. Catálogos de entidades, temáticos, de exposiciones, etc. Diccionarios. Guías de producción cartográfica. Directorios.

Para preparar la ficha catalográfica de cada mapa se utiliza la Descripción Bibliográfica Internacional Normalizada para Material Cartográfico [ISBD (CM)]. Esta norma especifica los requisitos necesarios para la descripción e identificación de este tipo de publicaciones, asigna un orden a los elementos de la descripción y establece un sistema de puntuación para la misma. Aunque se refiere principalmente a las publicaciones actuales en formato legible sin ayuda de ordenador, como mapas impresos, planos y globos; también establece algunas disposiciones para problemas especiales de catalogación de publicaciones antiguas y mapas manuscritos. Sirve para facilitar el intercambio internacional de registros bibliográficos entre las agencias bibliográficas nacionales y la comunidad internacional bibliotecaria y de información.

Especificación de los elementos:
1. Área de título / mención de responsabilidad.- 2. Área de Edición.– 3. Área de datos matemáticos.- 4. Área de publicación, distribución, etc.- 5. Área de descripción física.- 6. Área de serie.- 7. Área de notas.- 8. Área de número normalizado y condiciones de adquisición.

INTRODUCCIÓN

Los textos que nos describen las islas se remontan a la antigüedad clásica y a las crónicas de Le Canarien, con sus distintas versiones suficientemente analizadas, que narran los hechos iniciados en 1402 y disponen de numerosas ilustraciones (85 el Ms.-B), aunque ninguna cartográfica.

Cada mapa tiene su propia historia, unas veces se ha levantado para formar parte de un atlas, otras es el apoyo de una Descripción geográfica y en algunos casos es el resultado de un trabajo científico, caso de Feuillée, de Fleurieu o de Borda. Parte de la cartografía de El Hierro catalogada obedece a la necesidad de situar el meridiano origen y al cálculo de su longitud con respecto al meridiano de París, para dar cumplimiento a la orden de Louis XIII de 1634. También a la comprobación de los relojes y las expediciones para el estudio de la naturaleza.

Muchas veces, como ya hemos dicho, el mapa se ha separado de los textos que lo acompañaban con lo que se ha perdido gran cantidad de información. Volver a reunirlos no es tarea fácil. Un método de trabajo puede consistir, en extraer toda la información posible que figura en el mapa: nombre del autor, año, dimensiones, unidades de medida utilizadas, referencias (longitud y latitud), soporte (pergamino, papel), tipo de proyección, escala, toponimia y sus errores, contorno de las islas, etc. Después debe acudirse a los catálogos de los grandes archivos (British Museum de Londres, Library of Congress de Washington, Bibliothèque National de París, Biblioteca Nacional de Madrid, etc), grandes colecciones (Nordenskiöld de la Universidad de Helsinki) y a las grandes obras de referencia en la que se ha compilado la información cartográfica (Koeman, para la cartografía holandesa anterior a 1800), y si se trata de material manuscrito debe acudirse a los centros que lo han generado o guardado, en el caso de España: Archivo de Simancas, Centro Geográfico del Ejército, Archivo General Militar de Madrid y de Segovia, Museo Naval, etc.

Los documentos y la cartografía que generaba la defensa de las islas eran remitidos por vía reservada a la Corte para mantenerla puntualmente informada, gracias a esto han llegado hasta nosotros imágenes tan valiosas como la Descrittione de Leonardo Torriani, la Visita de Próspero Casola o las Descripciones de Antonio Riviere.

El hecho de ser materia reservada ha impedido que se conociera la cartografía manuscrita levantada por los ingenieros militares que ahora nos asombra por su precisión y que, al compararla con los mapas extranjeros impresos, la convierte en una verdadera joya.

Hasta el año 1968, la cartografía militar fue un bien reservado, utilizado para la defensa nacional. En esa fecha, por decreto, se establecieron los principios para una nueva cartografía. Según la base octava, “en beneficio de la pública utilidad, la cartografía militar será de libre difusión”.

Terminada la segunda guerra mundial, en el que el mapa fue el documento básico para cualquier operación, ya fuera táctica o estratégica, la ciencia desarrolla y pone a punto toda una serie de conocimientos e instrumentos en el mundo de las matemáticas, de la física y de la ingeniería que hacen posible que los avances en la aeronáutica, electrónica, óptica e informática permitan múltiples aplicaciones de uso civil, con empleo de tecnología militar.

La cartografía se enriquece con los vuelos fotogramétricos, los aparatos de restitución, la medida electrónica de distancias, los satélites artificiales, el sistema de posicionamiento global (GPS), el ordenador, etc.

Hoy el mapa constituye el soporte de información y comunicación más usual. Se aplica en obras públicas, transportes, estudio del suelo, división administrativa, ordenación del territorio, medio ambiente, turismo, etc. En resumen, el mapa es una herramienta fundamental para el análisis, toma de decisiones y seguimiento de todas las actividades relacionadas de una u otra forma con la Tierra.

LA ISLA DE EL HIERRO
Es la más occidental de las islas Canarias. Con una superficie de 287 km2, es también la más pequeña del archipiélago.

Los modernos volcanólogos consideran que la isla es el producto de una fractura tectovolcánica triple que forma una estrella triangular con ángulos cercanos a los 120º.

Nuestras islas fueron conocidas desde la antigüedad clásica con los nombres de los Campos Elíseos, de los Bienaventurados y de las Hespérides.

Claudio Ptolomeo, en su Geographike, enumeró por sus coordenadas (longitud y latitud) seis islas del archipiélago. A continuación se relacionan los nombres y las coordenadas según la interpretación Antonio Cabrera Perera (Las Islas Canarias en el Mundo Clásico, 1988), - los que figuran entre paréntesis pertenecen al del mapamundi de Ptolomeo realizado por Francesco Berlinghieri (1482):

Aprósitos nêsos (Aprosito)........l = 0º - j = 16º.
Heras nêsos (Here) ................. l = 1º - j = 15º 15’.
Plouialia nêsos (Plvitala)......... l.= 0º - j = 14º 15’.
Kapraria nêsos (Casperia)....... l = 0º - j = 12º 30’.
Kanaria nêsos (Canaria).......... l = 1º - j = 11º.
Ningouaria nêsos (Pintvaria)... l = 0º - j = 10º 30’.

Las oscilaciones entre 0º y 1º en longitud (l) y entre 10º 30’ y 16º en latitud (j) indican que estaban alineadas de Norte a Sur siguiendo prácticamente una línea vertical, en contra de su verdadera situación.

En la Edad Media, la isla recibió inicialmente el nombre de Senza ventura según se puede leer en el atlas el Mediceo Laurentino, es decir isla Sin Ventura o Desventurada que es una antinomia o contradicción de Con Ventura o Fuerteventura, en el fondo desde el punto de vista geográfico son dos islas completamente distintas que obedecen a los siguientes calificativos: grande y pequeña, llana y montañosa, seca y húmeda, arenosa y rocosa, etc.

El primer mapa con topónimos donde parece la isla de El Hierro es el que figura en el manuscrito de Valentim Fernandes (1506). La isla tiene forma más simbólica que real, ya que representa un ‘hierro’o ‘punta de lanza’. En el texto dice: «Do ferro, Ilha que jaz mais ao occidente que alguna outra destas Ilhas de Canarea» (M. Santiago, 1947: 338-356).

La ‘primera imagen’ con el contorno más circular que de herradura es el que representó el ingeniero militar Leonardo Torriani en 1588c. Le sigue la “Planta” levantada por el también ingeniero militar Próspero Casola en 1635c y años después la levantada por Pedro Agustín del Castillo en 1686.

Los mapas de la isla de El Hierro en particular y de las Islas Canarias en general, que se imprimieron en Europa en la segunda mitad del siglo XVI, en el XVII y primera mitad del XVIII tienen escaso valor científico y su aprecio es el que le dan los coleccionistas.

En el siglo XVIII hay un gran interés científico para fijar la posición de las Islas y en especial el meridiano de El Hierro. Las tensiones entre las potencias europeas impidieron al gobierno francés destacar a un científico a las islas Canarias para fijar la posición del meridiano.
Fue en 1724 cuando el padre Feuillée, en calidad de científico, viajó a las islas y fijó la longitud de París con respecto al meridiano de El Hierro en 19º 55’ 3”.

Después de Feuillée otros navegantes, viajeros, geógrafos y naturalistas realizaron su mapa de las islas Canarias destacando Bellin en 1746 y 1753; George Glass en 1764; Eveux de Fleurieu en 1772 y Borda en 1776.

En el trienio que abarca desde 1740 a 1743 un equipo de ingenieros militares dirigidos por el teniente coronel don Antonio Riviere recorrió las islas y las levantó; se puede considerar que se trata del primer trabajo científico realizado con plancheta, alidada y una cuerda de cáñamo de 200 toesas. Al capitán don Manuel Hernández se atribuye el levantamiento, en 1742, del mapa de la isla de El Hierro, realizado a escala 1:72.000, la mayor de cuantas escalas se utilizaron durante los siglos XVIII y XIX. El geógrafo Tomás López lo utilizó para preparar su mapa de 1779 y lo mismo hizo Francisco Coello en su mapa de 1849.

A pesar de que a finales del siglo XVIII se había levantado una excelente carta náutica por Varela y Ulloa. Con la llegada del siglo XIX se produce una situación precaria debido a Trafalgar, a la guerra de la Independencia y, posteriormente a la atonía política, que impidió continuar los trabajos. En 1834 se autorizó a la Armada Británica a efectuar los levantamientos del archipiélago, tanto de conjunto como de cada isla; los trabajos fueron realizados por el capitán A.T.E. Vidal y el teniente William Arlett entre 1834 y 1838. La isla de El Hierro junto con la de La Palma y la de La Gomera fue levantada por el capitán Vidal en 1837 y la hoja con las tres islas fue publicada por el Hydrographic Office (Reino Unido) en 1848. En este mapa se da una idea topográfica bastante exacta del contorno de la costa, y se fija con precisión el punto más occidental: Punta Orchilla. En 1852 la Dirección Hidrográfica de la Armada publicó en Madrid la versión española del citado levantamiento. Posteriormente, en 1868, se corrigió esta carta náutica así como las del resto de las islas y todas continuaron en vigor con modificaciones y correcciones hasta 1947. El original grabado en cobre se conserva en buen estado.

EL NOMBRE DE LA ISLA Y SU ORIGEN
Historiadores, lingüistas y geógrafos llevaban años buscando el significado y origen del topónimo. Faltaba un eslabón: la utilización de la cartografía histórica. Antes de exponer nuestras conclusiones, veamos lo que aquellos han escrito.

En relación al nombre que recibió en la antigüedad, desde el siglo XVI han tratado de identificarlo, exponemos algunas opiniones:
Plinio las relacionó con los nombres de Planasia, Ombrios, Junonia, Junonia Minor, Capraria, Nivaria y Canaria. Sin embargo, no se ponen de acuerdo los historiadores a la hora de asignar un nombre a cada isla. En los siglos XVI, XVII y XVIII la isla de El Hierro fue identificada con Ombrios y su traducción latina Pluvialia. Las divergencias surgieron en los dos últimos siglos.

En las últimas décadas no se ha perdido el interés por identificar las islas, según se constata de lo que sigue:
En un interesante estudio, el catedrático D. Juan Álvarez Delgado (1945), defendía la teoría de que la Capraria de Plinio-Juba y de Ptolomeo y la Casperia del padre Espinosa coinciden con la isla de El Hierro.

Antonio Cabrera Perera (1988) decía: Yo creo que la Plouiala, Ombrios o Pluvalia se pueden identificar con el Hierro, pues Juba señala que navegando desde las Purpurarias hacia el Sur y rumbo al poniente se encuentra la primera (Ombrios).

Antonio Santana et Al. (2003) dan una nueva lectura a los textos de Plinio, dividen el archipiélago en dos grupos: Hespérides (Lanzarote: Pluvialia y Capraria y Fuerteventura: Invale y Planasia) y Afortunadas (La Palma: Ombrios, El Hierro: Junonia, La Gomera: Capraria, Tenerife: Ninguaria y Gran Canaria: Canaria). Aunque la interpretación es del máximo interés antes de darlas por válidas es necesario profundizar en el conocimiento de las ideas en que se basa: capacidad de navegar en mar abierto, mesonimia del archipiélago (islas e islotes adyacentes), toponimia de la costa africana etc.

No obstante, más que identificar el nombre antiguo mi interés estaba centrado en buscar el significado y el origen de la palabra El Hierro.

Al tratar el tema con el doctor D. Miguel Fernández Gutiérrez gran conocedor de la toponimia canaria, en una conversación en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, decía que al contemplar El Golfo herreño daba la sensación de estar viendo una herradura. Este símil me hizo meditar y me indujo a efectuar una recopilación del contorno de la isla según los que la habían dibujado y conocer la opinión de los que la habían visto.

En relación al nombre:
Fray Abreu Galindo dice al respecto: Hallé que los naturales la llamaron Esero, que en su lenguaje quiere decir fuerte; otros dicen que se llame Fero, que es lo mismo, y como ellos no tenían hierro, ni usaban de él y vieron que el hierro era cosa fuerte, correspondiente al nombre con que llamaban a su tierra, aplicaron este vocablo y nombre de Esero al Hierro.

El licenciado D. Ivan Núñez de la Peña, siguiendo al poeta Viana (1604) dice que Hero quería dezir fuente, cuyo nombre le dieron por aquella grande Fuente, que en ella avia y más adelante añade Hero llamaron sus naturales a esta isla, hasta que fue conquistada de Católicos; que estos por la llamar Hero; por equivocación, o por corrupción del nombre la llamaron Hierro que hasta oy es conocida y nombrada.

El historiador D. José de Viera y Clavijo (T-I, 1772) decía lo siguiente: Como quiera que sea, yo no seguiré nunca sino las conjeturas más simples. Tengo por cierto que el nombre de la isla del Hierro se originó del hierro metal.

El catedrático y filólogo D. Juan Álvarez Delgado publicó los artículos «Etimología de “Hierro” ¿”Heres” o “Eres”?» (1941) y «Ecero, Notas ligüísticas sobre El Hierro» (1946) relacionando el vocablo aborigen Esero con su traducción fortaleza o lugar fuerte.

El profesor francés Georges Marcy (L’origine des noms de l’île de fer, 1945, reproducido en Revista de Historia XV, 1949) aprovechando la tesis del Dr. Álvarez delgado relaciona la forma Hero con la voz tuareg azeru que significa muralla rocosa vertical y a su vez la relaciona con la isla de El Hierro ya que se presenta desde el mar como un acantilado...

El catedrático D. Elías Serra Ràfols (en Régulo Pérez 1948: 260-264) afirmaba que el nombre “Ferro/Hierro” no era más que una antinomia lingüística: “Hierro.Fero-Legname-Madeira”.

El catedrático D. Juan Régulo Pérez (1949) en “El topónimo Hierro – escarceos etimológicos” decía todo hace pensar que estamos en presencia de una palabra románica bien conocida, sin relación alguna con formas indígenas. Sin embargo, no llegó a dar una opinión concluyente.

En relación al contorno:
Se efectuó una recopilación de las nueve cartas portulanas más representativas, de los siglos XIV y XV con el siguiente resultado:
En la carta náutica de Angelino Dulcert (1339) no aparece la isla. En la de Pizzigani (1367) figura sin nombre. En el atlas Mediceo Laurentino se llama I. Senza ventura En el atlas de Cresques Abraham (1375) se llama ínsula de lo fero, que significa isla de El Hierro. La palabra fero, en mallorquín, puede también traducirse por herradura, todavía se puede escuchar a los payeses decir la frase es ferro des cavall que en catalán antiguo sería lo fero de lo cavall. De la escuela mallorquina son también las cartas de la Biblioteca de Nápoles, de Viladeste, y de Vallseca, en las tres recibe el nombre de fero; las tres restantes son de la escuela italiana y también figura con el nombre de fero, que en italiano significa igualmente herradura. En casi todas ellas el contorno de la isla es muy parecido a una herradura. Sin embargo, en las cartas portulanas del siglo XVI se abandona esa forma de representarla pero se rotula Hierro (castellano), Fero o Ferro (catalán o italiano), Fer (francés) y Oferro (portugués). La primera vez que se cita es en el Libro del conosçimiento escrito por un fraile español hacia 1350-60 con el nombre de isla do lo fero.

En cuanto a la impresión que recibieron algunos escritores e historiadores al contemplar la isla, sus opiniones fueron:
Tomás Marín de Cubas en la historia ya comentada decía: La última es la del Hierro está más al sur de la Gomera y dista cinco leguas de Tenerife, su figura es de media luna.

El ingenieros militar D. Antonio Riviere en la Descripción de la isla de El Hierro (1742) decía: ... al norte de la isla se encuentra, un pasaje el más delicioso de ella, llamado El Golfo, pues es cierto que en su tanto, puede competir con el mejor de otras islas....

El teniente coronel de milicias Juan Antonio Urtusáustegui en el Diario de viaje de la isla de El Hierro en 1779, decía: el 13 por la mañana (13 de octubre de 1779) revisté las demás dotaciones del Golfo. Este es un valle que cierra desde la punta de la Dehesa que está al occidente hasta los Roques de Salmor al norte una eminente y disforme montaña en forma de herradura...

El geógrafo D. Leoncio Afonso, amigo de la real Sociedad Económica (1953), dice: El Hierro: la isla de la media luna. Está constituida por una gigantesca semicaldera, cuya concavidad, El Golfo, se orienta hacia el Nordeste. Entre punta Arenas Blancas y Roques de Salmor. La isla forma un arco, cuya concavidad de enormes y abruptas pendientes, conocida por el Golfo, ocupó en otro tiempo el mar, el cual con su labor erosiva, han hecho casi perpendiculares las paredes del mismo... El paisaje más importante de El Hierro apenas conocido por poco más que sus habitantes, es el panorama de El Golfo.

Los geógrafos D. Martín Hernández Hernández y D. Enrique Niebla Tomé (1984), dicen: El Golfo no sólo es el accidente morfológico más espectacular de El Hierro, sino también la comarca más extensa y la más claramente definida gracias al gran escarpe semicircular, abierto al Nordeste, que lo delimita.

Conclusión: las tres premisas expuestas permiten sentenciar que EL HIERRO equivale a decir LA HERRADURA.

EL MERIDIANO ORIGEN Y LA ISLA DE EL HIERRO
Este apartado trata sobre la necesidad, conocida desde la Antigüedad, de situar en los mapas el meridiano origen para fijar la longitud de cualquier lugar. En el mapa de Hecateo el confín del mundo está en el Océano, más allá de las Columnas de Hercules (Estrecho de Gibraltar). Ptolomeo estableció que el primer meridiano pasaba al Occidente de las Macárôn Nesôi (Islas Afortunadas).

Al repasar la cartografía medieval y estudiar los límites del Mundo se observa que la primera rosa de los vientos conocida está representada en el portulano de Cresques Abraham (1375), donde la línea Tramontana-Metzodi pasa por la Ynsula de lo Fero y define casi con seguridad el primer meridiano.

La necesidad de establecer científicamente la posición de las Islas Canarias obligó a realizar una serie de viajes, entre los que destaca el de Feuillée (1660-1732) de 1724, sin lograr su objetivo, pues los miembros de la Academie de Sciences francesa fueron críticos con sus resultados.

Numerosos mapas de los siglos XVI a XIX tienen como origen de la longitud la Isla de El Hierro; en realidad se trata de un incremento con respecto a otro meridiano. Más importante, en esos siglos, que fijar el origen fue medir la longitud, problema que se resolvió en el siglo XVIII por los métodos del reloj y de las fases lunares. En 1884, después de muchos debates y debido a la utilización de ambos métodos, principalmente el segundo, 26 países decidieron la elección de Greenwich como nuevo meridiano origen.

Debido a la dificultad del cálculo de la longitud tampoco fue fácil fijar el punto más occidental de las Islas Canarias. En el siglo XVI, era la Isla de La Palma, en el XVII La Restinga, ya en la Isla de El Hierro; y, en el XVIII, La Dehesa. En 1848 quedó establecido que Punta Orchilla era el punto más occidental.

CARTOGRAFÍA DE LA ISLA