Al calentarse el agua de la caldera, se abren las válvulas B, C, D, T y B’, y se cierra la válvula Y, para que el aire del cilindro pase por los conductos H y D y salga despedido por el tubo A’.

A continuación, se cierra la válvula B’ y entonces el vapor pasa por el tubo C’C’, abre la válvula D’ y la del pistón E’F’, purgando el interior de la bomba de aire de aire atmosférico.

En este momento, el pistón WW del cilindro de vapor se halla en la parte alta del cilindro. Entonces se cierran las válvulas B y E y se abre la del conducto de inyección YX. El vapor entra por el tubo A, pasa por la válvula C y por el tubo NO, pero queda detenido por la válvula E, que está cerrada.

La presión creciente del vapor acumulado acaba por abrirse camino por H, pesando después sobre el pistón WW y empujándolo hacia abajo. Este movimiento expulsa el vapor de la parte inferior del cilindro, que sale por D y llega al condensador.

Al llegar el pistón al fondo del cilindro, las válvulas C y D se cierran, y las de B y E se abren. El vapor pasa por B y por el tubo LM, empujando el pistón desde abajo para arriba, momento en el que el vapor que se hallaba encima del pistón sale por H, pasa por el tubo NO, y por las válvulas E y T, llegando al condensador.

La bomba de aire G’H’, movida por el balancín, aspira el aire que se despide durante la condensación y cuya acumulación llegaría con el tiempo a equilibrar la presión de vapor. Además, todos los vapores que van al condensador pasan por la válvula T; de modo que al cerrar esta válvula, los vapores se hacen equilibrio de ambos lados del pistón, y la máquina se para.

Debemos añadir que Betancourt inventó un regulador fundado en el principio del flotador provisto de un sifón, y destinado a moderar la velocidad de la máquina.