Una casa aborigen
Visitamos la llamada “casa guanche”, que es una vivienda de antiguos canarios. […] Las paredes de la casa están construidas con piedras y barro y el tejado también es de barro por fuera. La puerta de entrada está un poco más adentro que la fachada, con dos asientos a cada lado. La casa es circular. La medimos, comprobando que había quince pies y seis pulgadas desde la puerta hasta la pared opuesta y exactamente la misma distancia entre las esquinas opuestas de los huecos del interior. La pared de la izquierda tiene tres pies de grosor en la base y siete pies y seis pulgadas de alto hasta las vigas. La entrada tiene cinco pies y tres pulgadas de ancho por seis pies y dos pulgadas de alto. El interior es circular, a excepción de dos huecos, cuyas esquinas están formadas por piedras verticales; la de la derecha, una piedra plana, tiene tres pies y diez pulgadas y media de alto por nueve y pulgadas y media de grueso, y tres pies y seis pulgadas de ancho; la otra es una pieza de basalto, angulosa y vertical, de cuatro pies y dos pulgadas de alto. La altura hasta el punto más elevado del techo, por dentro, es de once pies.
El piso es de tierra y el techo sube inclinado desde la pared. Los aguilones, por así decirlo, consisten en dos troncos grandes de pino y los techos de los huecos son de troncos de pino, de pared a pared. La puerta es de la misma madera, con los huecos rellenos de piedras. La parte inferior de las paredes está construida con piedras muy grandes, la central, con unas más pequeñas y la superior, de nuevo con grandes. El tejado está construido totalmente con pequeños trozos de árboles, claramente cortados, pero el resto de la madera ha sido utilizada sin partir. Hay dos capas de madera en el tejado, con tierra por encima; la que tiene en este momento ha sido colocada recientemente, aunque nos aseguraron que es idéntica a la que había allí cuando la ocupaban los antiguos canarios. Las piedras que tienen las paredes por fuera son bastante lisas, colocadas horizontalmente y como no han rellenado los huecos con barro tienen un aspecto tosco. Las vigas están ennegrecidas y parte de la pared interior fue enlucida por moradores posteriores, ya que fue habitada esporádicamente. Sobre las piedras que forman los asientos, en la puerta, hay aleros de troncos de pino.
Olivia Stone, Tenerife y sus seis satélites (1887)
Traducción de Juan Amador Bedford