Carta a Charles Darwin, 1836
Diciembre de 1836
Estimado señor: He leído su artículo con el mayor placer y me gustaría señalar algunos pasajes que requieren aclaración y deben tener algunas erratas, pero en una carta sería imposible. He tomado notas sobre ellos y espero que usted venga aquí antes de que lea el texto. […] La idea de las Pampas elevándose, a la tasa de una pulgada por siglo, mientras la costa occidental y los Andes se elevan muchos pies y de forma desigual, ha sido largo tiempo uno de mis sueños. ¡Qué espléndido campo de trabajo tiene usted para escribir sobre ello!.
He dedicado la última semana entera a comparar conchas recientes con especies fósiles del Eoceno, identificadas por Deshayes. Cuando algunos grandes principios están en juego, toda la aridez de las minuciosas comparaciones específicas se desvanece, pero anhelo fervientemente tener a alguien aquí con una colección de conchas y el placer de conversar sobre estos temas. Lonsdale está sobrecargado de trabajo. No acepte ningún cargo científico oficial, si puede evitarlo, y no diga a nadie que le he dado este consejo, pues todos clamarían contra mí como predicador de principios antipatrióticos. Yo combatí tanto como pude contra la calamidad de ser presidente. Todo transcurrió suavemente y no me costó más tiempo del que había previsto; pero mi pregunta es si el tiempo perdido con los asuntos administrativos compensa el bien que de ellos resulte.
Imagino lo que sería intercambiar a Herschel en El Cabo por Herschel como presidente, de lo que se libró por un estrecho margen. ¡Y eso que también yo voté por él! Espero ser perdonado por ello. Por último, trabaje como he hecho yo exclusivamente para usted mismo y para la ciencia durante muchos años y no sufra prematuramente el honor y la carga de las dignidades oficiales. Hay gente que puede ser empleada con provecho en tales tareas, porque no trabajarían si no tuvieran ese compromiso.