Presentación
Tras su expedición a Madeira y Canarias la cuestión del origen y extinción de las especies se convirtió en un tema prioritario de reflexión teórica para Lyell. Ello se debió, por una parte, al intenso trabajo de análisis, identificación y clasificación de fósiles de plantas, insectos y conchas marinas que recolectó en las islas, labor en la que se vio ayudado por colegas naturalistas como Charles Bunbury, Thomas Wollaston y Oswald Heer y que se prolongó más de dos años. Lyell buscaba respuestas a las incógnitas que le había planteado la distribución de especies, extintas y actuales, en ambos archipiélagos, especialmente porque había adquirido la casi certeza de que ambos archipiélagos nunca habían estado unidos desde su origen al continente africano ni al europeo. Esa distribución le parecía tener paralelismo con la que había encontrado Darwin en otras islas oceánicas, las Galápagos.
A partir de noviembre de 1855 Lyell inicia la redacción de una serie de cuadernos para recoger sus reflexiones sobre el origen y extinción de las especies, donde a veces copia intercambios epistolares con sus colegas; el séptimo y último de tales diarios de trabajo finaliza en diciembre de 1861, cuando Darwin ya ha publicado su obra magna El origen de las especies y Lyell se encuentra preparando la sexta edición de sus Elementos de Geología, pero sobre todo anda recopilando material para su última gran obra, La antigüedad del hombre, que se editaría a finales del año siguiente. Las tres cartas iniciales aquí incluidas no pertenecen a estos diarios, pero son de interés respecto al tema que nos ocupa.
La traducción de los textos que aquí presentamos se ha realizado según la transcripción de los cuadernos editada por el profesor Leonard Wilson, Sir Charles Lyell' Scientific Journals on the Species Questions, Yale University Press, 1970.