Viajeros del siglo XIX en Canarias

Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia

El carácter de los canarios

Canarias, Fotografía 1909 Canarias, Fotografía 1909 El carácter de los canarios es amable. Son abiertos, ingenuos, pacíficos y conciliadores, además de fieles, modestos y cumplidores; trabajadores que se contentan con poco y hospitalarios como nadie. Por cualquier sitio que se pase a caballo, la gente se dirige a uno y le pide que desmonte y entre a casa para descansar. Si uno acepta, no solo lo invitan a comer, sino que lo consideran como un amigo de la casa o un miembro de la familia, que puede entrar y salir o quedarse cuando quiera, sin más formalidades.

No pierden jamás, ni siquiera en las situaciones más extremas de la vida, la decencia y compostura, que también conservan normalmente las clases bajas. En las fiestas y bailes populares o en los certámenes de salto, lucha, lanzamiento y carrera siempre son comedidos y correctos: jamás hay brotes de vandalismo o apasionamiento excesivo. En caso de enfermedad y muerte, de preocupación y necesidad muestran siempre una calma y resignación próximas al estoicismo. Solo resulta verdaderamente lamentable el hecho de que se haya descuidado la instrucción del pueblo, lo cual ha redundado en una ignorancia y oscurantismo que han mantenido la creencia en brujas y malos espíritus. Contra el mal de ojo todavía se siguen enterrando en las viñas cuernos de macho cabrío, les cuelgan a los caballos amuletos en la frontalera o se llevan los pantalones vueltos del revés. En las ferias y mercados anuales se suelen vender estos amuletos y cada localidad tiene su animero.

Julius von Minutoli, El pasado y el porvenir de las Islas Canarias (1854)

Traducción de José Juan Batista y Marcos Sarmiento