Viajeros del siglo XIX en Canarias

Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia

Transporte público

Lo que realmente provoca admiración al extranjero, y también su aprobación, es el excelente despliegue de ingeniería llevado a cabo para la construcción de modernas carreteras. De Las Palmas salen cuatro, a saber: la carretera de Telde, de once millas; la que lleva a Tafira, el Monte, la Atalaya, Santa Brígida y San Mateo, de dieciocho millas; la carretera de Arucas y Guía, de veinticuatro millas, sin incluir los ramales de Teror y Firgas; y la de La Isleta, de siete millas.

[…] Los transportes públicos, carros acondicionados con cortinas a los lados y con capacidad para diez personas, o para todos los que quepan, parten hacia distintos pueblos de la isla a través de la carretera de Telde y la de San Mateo a las siete en punto de la mañana y a las tres de la tarde, desde el puente más cercano a la catedral. Idénticos carros salen hacia Teror, Firgas, Arucas y otros pueblitos de los alrededores, tomando la carretera de Guía desde la calle principal de la ciudad, la de Triana, casi frente al consulado británico, también a las siete de la mañana y a las tres de la tarde. El horario de vuelta desde los citados destinos es exactamente el mismo. El precio del trayecto depende de la distancia que se recorra: un chelín por cada diez millas. Para ascender las montañas se dispone a los caballos que tiran del carro en una columna de tres y con frecuencia se añade un cuarto, que tira del conjunto. […] Quienes deseen interceptar uno de estos carruajes directamente en la carretera deberán llegar al lugar de encuentro con media hora de antelación sobre el horario previsto.

John Whitford, Las Islas Canarias, un destino de invierno, 1890

Traducción de Jonay Sevillano