Pastores de Mogán
El pastor de Mogán puede ser considerado el prototipo de los pastores canarios. Se viste con una camisa de tela gruesa, un calzón de la misma tela, en el que cada pernera, de la amplitud de una enagua, no sobrepasa las rodillas, y con un chaleco sin mangas. Se cubre la cabeza con un sombrero informe de fieltro fabricado en el país y se calza con lonas que él mismo confecciona. Lleva siempre consigo todo su menaje. En la espalda un zurrón sujeto por dos correas y en la cintura un cuchillo metido en una vaina de cuero sujeta a una faja que le rodea el cuerpo con varias vueltas. El zurrón contiene una flauta de caña, gofio, queso, una escudilla de madera y una concha de lapa que le sirve de cuchara.
Va siempre con la lanza en la mano, un gran palo de pino de cuatro metros de largo, cuidadosamente pulido, uno de cuyos extremos termina en una punta de hierro, provista de una argolla de cuero destina a servir de freno a la mano, cuando se la deja deslizar a lo largo del bastón. Con este instrumento el pastor salta precipicios de una anchura increíble y desciende al fondo de los precipicios con una rapidez vertiginosa. Desde que encuentra un saliente donde apoyar la punta de su lanza se agarra sólidamente a su extremo superior y salta una distancia de ocho a diez metros con la mayor facilidad.
René Verneau, Cinco años de estancia en las Islas Canarias (1891)
Traducción de José Antonio Delgado Luis