Puerto de la Luz
Durante los dos últimos siglos Las Palmas, capital de Gran Canaria, no ha cesado de reclamar para sí la capitalidad del archipiélago. Incluso hoy, en 1887, la pugna entre Santa Cruz y Las Palmas continúa firme. Los comerciantes de ambas ciudades mantienen una indiscutible rivalidad. “Nosotros tenemos el comercio marítimo, de eso no puede haber duda alguna”, dice Santa Cruz. “Y nosotros lo tendremos cuando nuestro gran puerto esté acabado”, dice Las Palmas con igual convicción. Las Palmas es más dinámica que Santa Cruz, por lo que creo que finalmente aplastará a la actual capital, al igual que esta última desbancó a La Laguna.
Con el fin de combatir el fuerte oleaje Las Palmas se apresura incansable en las obras de su puerto, iniciadas en 1885. Una vez acabado, mejorará extraordinariamente la categoría comercial de la ciudad. Se prevé que un rompeolas de casi una milla de longitud se inicie desde la Isleta en dirección a la capital. La superficie acuática que se lograría rodear tendría una profundidad y unas dimensiones suficientes como para que en ellas fondee toda una flota. No obstante, la falta de firmeza de las dunas que limitan con este puerto de refugio presente probablemente ciertas dificultades, aunque como las obras se hallan en manos de un contratista inglés no hay que temer por su pronta finalización.
Más de 20.000 bloques de cemento, de treinta toneladas de promedio cada uno, se emplearán en la construcción del rompeolas. Los trabajadores contratados son tan numerosos como para formar un auténtico pueblecito bajo los riscos volcánicos de la Isleta en donde viven. Cuando el Puerto de la Luz esté terminado se espera que los barcos europeos rumbo a África del Sur, Sudamérica, etc., lo utilicen para proveerse de carbón, en lugar del de Santa Cruz de Tenerife o del de San Vicente, en las islas de Cabo Verde. “Y sin embargo”, dicen los comerciantes de las Palmas, “¡Santa Cruz todavía se cree superior a nosotros!”
Charles Edwardes, Excursiones y estudios en las Islas Canarias (1888)
Traducción de Pedro Arbona Ponce