Clima, salud y turismo
Cuando emprendí mis viajes por el archipiélago mi salud dejaba mucho que desear. Me recuperé totalmente durante mi estancia allí. […] Por eso me parece interesante señalar este hecho a la gente que busca un país sano donde pueda restablecer su salud. […] En resumen, en todos los informes el clima de Canarias es de una constancia extraordinaria. Se caracteriza, sobre todo, por la poca frecuencia de las lluvias, por una temperatura media que no ofrece sino diferencias insignificantes entre el invierno y el verano, por un estado higrométrico suficiente para no tener ninguna sensación penosa al respirar y, finalmente, por una notable fijeza de la presión atmosférica. Todas estas ventajas hacen del archipiélago canario uno de los territorios más convenientes para una infinidad de enfermos. Los que sufren una afección en las vías respiratorias no pueden obtener más que gran provecho de una estancia allí. Los artríticos también sacarían un resultado ventajoso y no dudaríamos en aconsejársela a ciertos enfermos de afecciones nerviosas, que sienten de una manera nítida las grandes variaciones barométricas.
Los ingleses han comprendido todas estas ventajas. Hasta estos últimos años enviaban a sus enfermos a pasar el invierno en Madeira, donde los hijos de Albión habían adquirido casi tanta influencia como los portugueses. Sin embargo, han reconocido la superioridad del archipiélago canario y han fundado un amplio sanatorio en el Puerto de La Orotava. Añadiría que este nuevo establecimiento ya es casi insuficiente para albergar a todos los enfermos que van a restablecer su salud allí y que los resultados obtenidos han sido muy satisfactorios.
¿Por qué no imitamos el ejemplo de nuestros vecinos? ¿Por qué no enviamos a Canarias los enfermos que nuestros médicos envían a las estaciones de invierno, donde su estancia es con frecuencia más perjudicial que útil? Sin duda se me objetará la distancia y los gastos que representa el viaje. […] Hay otra consideración que hacer. Con seguridad la vida es más barata en Canarias que en las estaciones de moda donde nuestros enfermos van a pasar el invierno. Bien calculado, quizá saldría más barato el archipiélago canario.
René Verneau, Cinco años de estancia en las Islas Canarias (1891)
Traducción de José Antonio Delgado Luis