Comercio con Europa
El comercio con Inglaterra y sus colonias es el más importante de todos; ocupa anualmente de 80 a 100 barcos de 100 toneladas y entraña un capital 100.000 libras esterlinas. Las mercancías, que en su mayor parte son importadas por casas de comercio inglesas, comprenden sobre todo coñac, artículos de hierro y acero, hierro en barras, aros de hierro, lino, artículos de cristal y loza vidriada, géneros de droguería y mercería, cuero, velas, jabón, manufacturas textiles, víveres, bacalao y otros varios artículos de menor entidad. El importe se pagaba hasta ahora con productos canarios que se cargaban para el viaje de vuelta, pues los ingleses siempre han sido los mayores compradores de tales productos. Sin embargo, como el consumo de los vinos tinerfeños se ha reducido drásticamente en los últimos cinco años, tal circunstancia ha influido muy negativamente en el volumen del comercio.
[…] Francia envía, sobre todo desde Marsella, de 4 a 5 barcos de 100 toneladas con artículos de lujo y moda, algunos géneros de seda y algodón, velas y jabón, por un valor de 10.000 libras esterlinas. Este comercio, que en su mayor parte, tiene por objeto artículos totalmente prescindibles, no proporciona a los isleños la más mínima ventaja, porque sólo un tercio de dichos artículos se paga en barrilla, mientras que los dos tercios restantes deben satisfacerse a Francia en dinero contante y sonante. […] De Holanda vienen cada año algunas galeotas con mantequilla, queso, jamón, ginebra, lino, géneros de mercería y ropa blanca, por un importe que asciende a varios miles de libras y que se paga en vino y en dinero en efectivo.
[…] Las ciudades hanseáticas de Hamburgo y Bremen, cuyo comercio con Canarias en épocas anteriores fue mucho más importante, toman aún parte en el tráfico comercial con 4 o 5 barcos de 100 a 120 toneladas. Son objeto de este comercio, además de mantequilla, jamón de Westfalia, lino y damajuanas, sobre todo ropa blanca alemana y de Silesia, cuyo importe de alrededor de 10.000 libras esterlinas se compensa con el envío, en el viaje de retorno, de vino y dinero en efectivo. […] La cantidad de barcos sardos que arriban todos los años procedentes de Génova, Gibraltar y otros puertos del Mediterráneo, se eleva a unos 12 o 15 bergantines de 100 a 120 toneladas. La práctica de este comercio, en su mayor parte, corre por cuenta de los genoveses, que siguen siendo unos comerciantes tan especuladores como en tiempos de la antigua República de Génova. Sus cargamentos comprenden algodón y otras manufacturas.
Francis Coleman Mac-Gregor, Las Islas Canarias, (1831)
Traducción de José Juan Batista