Viajeros del siglo XIX en Canarias

Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia

Vientos alisios

El Teide entre nubes El Teide entre nubes Los vientos del nordeste soplan con tal constancia en verano en las Islas Canarias, que se elevan como una barrera infranqueable e impiden todas las comunicaciones entre el nordeste y el sudoeste en esa época del año. Para ir de Madeira a Tenerife son suficientes dos días, pero es extremadamente difícil regresar de Tenerife o de Canaria a Madeira; para hacer este trayecto es necesario exponerse, durante un mes entero, a los peligros de una navegación muy penosa. Las mismas circunstancias hacen que haya poco hombres en la tierra que vivan tan aislados como los habitantes de El Hierro; a esa isla se puede llegar desde Tenerife en menos de un día; pero el regreso, que en verano se puede efectuar con más facilidad con la ayuda de las brisas de tierra que se extienden a largas distancias, es tan inseguro y peligroso que este viaje solo se emprende en circunstancias forzosas; con frecuencia se emplean ocho o diez días en hacerlo y, a veces, incluso tres, cuatro o cinco semanas.

Durante el invierno, un fenómeno muy notable es interesante para la meteorología es el paso de los vientos alisios del norte a los vientos del suroeste. Al principio estos vientos no se dejan sentir para propagarse a continuación hacia el norte, como se podría supones según su dirección, sino que como hemos dicho anteriormente comienzan en las costas de Portugal, luego descienden a Madeira y finalmente llegan a Tenerife y a Gran Canaria. Al mismo tiempo que avanzan de norte a sur, también descienden desde las capas altas de la atmósfera hasta la superficie terrestre; los vientos del sur siempre existen en esas capas altas, incluso durante el verano y cuando el viento del noroeste sopla con más violencia en el mar.

Hace mucho tiempo que se presumía que en las capas altas existía una corriente de una dirección contraria a la de los vientos dominantes en la superficie, y en esa presunción se basa casi por completo la teoría de los vientos alisios; en efecto, según esta teoría, estos vientos se producirían a consecuencia de la ascensión en el ecuador del aire cálido, que sería sustituido entonces por las corrientes de aire frío que llegan del sur y del norte y que van en dirección sudoeste y nordeste; al combinarse estas corrientes se produce otra que se dirige del este al oeste, pues en las bajas latitudes el aire llega a tierra animado por una velocidad mayor que la que posee.

Leopold von Buch, Descripción física de las Islas Canarias (1825)

Traducción de José Antonio Delgado Luis