La radiación solar

En el primer día del experimento la columna de mercurio del termómetro expuesto al sol subió con tal rapidez que, antes de que nos diésemos cuenta, el instrumento del señor Lee, patentado para este tipo de trabajos por un fabricante londinense, con graduación hasta los 60º, se rompió en pedazos al sobrepasarse esa temperatura.

[…] ¿Cuál será la radiación máxima en un buen día? Pues aunque las limitaciones de los instrumentos nos impidieran conocerla con exactitud, si comparamos parcial o totalmente, las curvas de temperatura obtenidas en muchos días distintos, resulta que el 4 de agosto debió alcanzar los 100º, cuando la temperatura a la sombra era algo inferior a los 16º. Esa enorme diferencia de 84º nos determina la influencia y el efecto de los rayos solares a una altura de 2700 metros.

Experimentos en Las Cañadas, 1910

[…] Entre aquellos que no han pensado mucho sobre la radiación ha arraigado y crecido una idea: que cuanto más cerca nos encontremos del sol menos calor recibimos de esa gran luminaria. Consecuentemente, afirman que un cometa, como el que en 1848 pasó en su perihelio a menos de 100.000 kilómetros de la superficie solar, debería sentir más los efectos del frío espacial que los del excesivo calor solar que los astrónomos han descrito.

[…] Si fuese posible ascender 80 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, y escapar así totalmente a la influencia de su atmósfera, la temperatura a la sombra podría llegar hasta los -46º, pero la ocasionada por la radiación se incrementaría posiblemente en varios cientos de grados, aunque no se hubiese alterado sensiblemente nuestra distancia al sol.

[…] Se ha destacado a menudo la rapidez con que el día se transforma en noche en las zonas de alta montaña; pues bien, cuando el sol se ponía en Guajara, encontrábamos que la radiación disminuía también con marcada rapidez. El total de lo disminuido en la última hora del ocaso no era inferior a 28º, mientras que durante el mismo período del orto el incremento había sido de poco más de 20º.

[…] Por la noche la radiación era constantemente negativa y en una ocasión un termómetro expuesto al aire libre alcanzó los -8º, lo que suponía una diferencia de 85º entre esa temperatura y la que marcaba a mediodía.

Charles Piazzi Smyth, Tenerife: La experiencia de un astrónomo (1858)

Traducción de Emilio Abad Ripoll